Los periodistas de salud expresan su malestar la comunicación llevada a cabo las farmacéuticas. Salvo excepciones, dicen, las empresas del sector no acaban de tener de claro el concepto ‘comunicación’ y muchas veces utilizan a sus departamentos como barreras a la hora de obtener información. La dificultad para acceder a los dircom y el tiempo de espera para obtener una respuesta, cuando la hay, han sido los puntos más criticados. La comunicación llevada a cabo las instituciones es la peor valorada.
Hospitales, universidades, colegios profesionales… Las críticas alcanzaron a todas las fuentes de información pero resultó significativo el malestar de los periodistas con los laboratorios farmacéuticos. Muchos años en el sector y los contactos adecuados facilitan mucho el trabajo pero las cosas también se ponen feas para los veteranos de ‘Salud’. Lo reconocía Antonio González, del diario Público, durante su presentación de la nueva ‘Guía de Información Sanitaria‘ de la ANIS. Y no fue el único; el enfado de la profesión se adueñó del turno de preguntas en la sesión que cerraba el V Congreso de Periodismo Sanitario.
Los sitios web sin contacto de prensa y su uso como única fuente de información parte de muchas de las empresas del sector; la inadecuación de los gabinetes a los medios a los que se dirige; la falta de rapidez para atender las peticiones de los periodistas; la tremenda burocracia (‘a veces para contactar con alguien de prensa hay que hacer hasta tres llamadas y dar todo tipo de explicaciones a la persona que atiende el teléfono en la centralita‘, decía de forma significativa Lucía Barrera, de Contenidos e Información de Salud); el abuso de los comunicados y la falta de transparencia, sobre todo cuando hay temas controvertidos, convierten en una auténtica carrera de obstáculos hacer una noticia de salud.
Los periodistas presentes fueron unánes al criticar la comunicación del Ministerio y las consejerías de Sanidad y su cada vez más extendido silencio como respuesta a cualquier petición que se salga de lo establecido ellos, algo que Antonio González tachó de falta de cultura democrática, ‘las instituciones están obligadas a responder, a dar información, y con esa actitud se burlan del periodista y de la sociedad‘, comentó. Las agencias especializadas no mejoran mucho el panorama y los sindicatos son los únicos agentes del sector que aprueban con nota, un llamativo 8’5, cuando se trata de facilitar el trabajo de los periodistas.
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