En la Tierra a viernes, 29 marzo, 2024

La empresa y su departamento médico, aliados en la lucha antitabaco de sus empleados

A la hora de abandonar el hábito de fumar, el entorno es fundamental para conseguir el éxito en esta finalidad. De este modo, el médico especialista en medicina del trabajo también puede ser un pilar fundamental para quienes se proponen abandonar el tabaco. Una breve conversación de entre 2 y 5 minutos con un profesional sanitario puede llegar a duplicar las posibilidades de éxito en el proceso de cesación. Precisamente, para apoyar a los médicos que desarrollan su labor en el ámbito laboral, se dirige el Programa de Cesación Tabáquica que ha promovido Pfizer. Esta plataforma se centra en la lucha contra el tabaquismo en el trabajo y proporciona a los profesionales sanitarios diferentes materiales con los que podrán contribuir y ayudar a que los trabajadores dejen de fumar.

Al respecto, el doctor Luis Reinoso Barbero, presidente de la Asociación de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT) y responsable de Servicios Médicos del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales (SPRL) del Banco Popular, indica “en los exámenes de salud laboral, preguntamos a todos los empleado si fuman o no, en qué cuantía, desde cuándo, si quieren o no dejar de fumar y en caso afirmativo, les proponemos vías útiles y científicamente comprobadas para dejar de fumar.”

En el marco de este plan, una vez localizados los empleados fumadores, se organiza y participa activamente en campañas específicas para ayudar a dejar de fumar a los empleados que lo deseen. “Los médicos de trabajo gestionamos estos cursos y las sesiones para ayudar a los empleados que voluntariamente hayan decidido participar. También asesoramos a los responsables de Gestión de Personas o Recursos Humanos y a los Representantes de los Trabajadores.”, explica el doctor Reinoso. “La empresa puede favorecer enormemente la cesación tabáquica de sus empleados”.

El doctor Reinoso, señala “sabemos que en aquellos pacientes que cuentan con una supervisión médica se aumentan las posibilidades de éxito en el proceso de cesación y además, se reducen mucho las recaídas”. El riesgo de recaída también existe en el entorno laboral debido a situaciones de estrés o las relaciones sociales que se establecen con los compañeros. Más del 60% de los fumadores españoles ha intentado dejarlo en algún momento, concretamente la media se sitúa en al menos 3 intentos.  En este sentido, varios estudios afirman que sólo el 3% de los pacientes que dejan de fumar recurriendo únicamente a la fuerza de voluntad, sigue sin fumar 5 años después. 

Un plan de cesación tabáquica puede aportar importantes beneficios a las empresas, ya que según el doctor Reinoso “se traduce en un aumento de productividad por parte de sus empleados; se reducen los descansos para el cigarrillo, disminuye la incidencia de enfermedades respiratorias y algunos tipos de cáncer y, en general, se consigue una mayor calidad de vida”.

En entidades españolas, el consumo de tabaco supone unos costes de 8.780 millones de euros al año, representando un 77% de pérdida de productividad y un 3% del absentismo laboral. Un fumador está 4 días más de baja al año que la persona no fumadora; teniendo en cuenta que el coste medio laboral es de 17,48 € por 8 horas diarias de trabajo, las pérdidas para la empresa por absentismo superan los 550 € por trabajador al año. Entre otras medidas, las empresas pueden colaborar en el proceso de cesación tabáquica incluyendo en sus planes de salud laboral este tipo de programas.

Cesación tabáquica en las empresas

Implantar un programa de cesación tabáquica tiene numerosos beneficios tanto para las organizaciones como para los empleados. Desde el punto de vista de los empleados, mejora muchos aspectos de su salud, percibirán un mayor ahorro de tiempo y dinero, ya que estos programas se desarrollan en horario laboral y la empresa asume el coste derivado de estos servicios. En cuanto a las empresas, verán descender la tasa de absentismo laboral y aumentar la productividad de la empresa con su correspondiente beneficio económico. La salud de sus empleados mejorará de manera significativa y estos percibirán a la empresa como un aliado.

Asimismo, mejorará su rol como profesional sanitario aportando un servicio a sus empleados que aporta un valor añadido. Finalmente, estos programas servirán para diferenciarse frente a sus competidores y a mostrar una mayor preocupación por la calidad de vida de sus empleados. Además de implantar programas específicos de cesación tabáquica, las empresas pueden colaborar dando ejemplo y no fumando los responsables más visibles de la jerarquía de la empresa, no siendo permisivos con la prohibición de no fumar en el ámbito laboral, favoreciendo que sus empleados acudan al examen de salud laboral y reciban consejo médico, facilitando información y exigiendo a sus Servicios Médicos que les aporten información útil en las memorias anuales y en los Comités de Seguridad y Salud.

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