En la Tierra a jueves, 28 marzo, 2024

Resultados positivos de un estudio de fase III de mepolizumab en EGPA

GSK ha anunciado la publicación en la revista científica New England Journal of Medicine de un estudio aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, para investigar la eficacia y seguridad de mepolizumab, un antagonista de la IL-5, en comparación con placebo como tratamiento complementario para los pacientes con granulomatosis eosinofílica con poliangitis refractaria o resistente al tratamiento (EGPA por sus siglas en inglés).

La EGPA es una enfermedad rara que se caracteriza por la gran inflamación de las paredes de los pequeños vasos sanguíneos (vasculitis), lo que puede afectar a múltiples órganos y puede provocar síntomas como cansancio, fiebre y adelgazamiento. Este estudio es el resultado de la colaboración entre GSK y el National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID), el cual forma parte de las Instituciones Sanitarias Nacionales de Estados Unidos. En noviembre de 2016 ya se dieron a conocer datos preliminares del estudio.

Resultados de la eficacia

En el estudio pivotal de fase III de 52 semanas de duración se demostró la eficacia del tratamiento con mepolizumab basado tanto en las dos variables co-primarias de valoración de la eficacia, como en todas las secundarias. El tratamiento con mepolizumab se administró además del tratamiento habitual (glucocorticoides con o sin inmunodepresores).

Los pacientes tratados con mepolizumab presentaron una duración total de la remisión significativamente superior (definida como una dosis de prednisolona/prednisona de ≤4 mg/día y una puntuación de cero según el Birmingham Vascular Activity Score) durante el periodo de tratamiento de 52 semanas en comparación con el placebo, con un resultado del 28 % de los pacientes con remisión durante al menos 24 semanas como mínimo frente al 3 % en el caso de los pacientes con placebo (valor de p <0,001).

Además, se observó una proporción mayor de pacientes con remisión en el grupo de mepolizumab tanto en las semanas 36 y 48 en comparación con el grupo de placebo (un 32% frente a un 3%, valor de p <0,001).

Un número mayor de pacientes tratados con mepolizumab presentaron una remisión durante las primeras 24 semanas del estudio, la cual se prolongó hasta la semana 52, en comparación con los pacientes que recibieron el placebo (un 19% frente a un 1%, valor de p=0,007). Durante el periodo de 52 semanas, el tiempo hasta la primera recaída fue significativamente superior en el caso de los pacientes tratados con mepolizumab (valor de p <0,001) y el tiempo hasta la primera recaída grave también fue superior en los pacientes tratados con mepolizumab en comparación con los pacientes que recibieron placebo (valor de p=0,042).

Asimismo, los pacientes tratados con mepolizumab alcanzaron dosis medias significativamente inferiores de prednisolona/prednisona durante el periodo desde la semana 48 hasta la semana 52 en comparación con el placebo, con un 44% de disminución progresiva de la dosis hasta ≤4 mg/día frente a un 7% en el grupo de placebo (valor de p <0,001).

Un total del 47% de los pacientes tratados con mepolizumab, frente al 81% de los pacientes tratados con placebo, no alcanzaron la remisión establecida en el protocolo. Aproximadamente la mitad de los participantes del grupo de mepolizumab presentaron una recidiva. No obstante, se observó un índice de recaída inferior al 50% en el caso del tratamiento con mepolizumab en comparación con el placebo en este estudio (1,14 al año en el grupo de mepolizumab frente a 2,27 al año en el grupo de placebo), lo que pone de manifiesto la elevada morbilidad y la complejidad que supone el tratamiento de los pacientes con esta enfermedad progresiva.

Resultados de seguridad

No se observó ninguna diferencia entre los dos grupos de tratamiento en lo que respecta a la proporción de pacientes que padecieron eventos adversos durante el tratamiento (un 97 % frente a un 94 %) y los tipos de eventos adversos fueron similares a los especificados en estudios anteriores sin ningún nuevo indicio de riesgo. Un número menor de pacientes del grupo de mepolizumab notificaron eventos adversos graves en comparación con los pacientes del grupo de placebo (un 18% frente a un 26%), siendo el empeoramiento o la reagudización del asma el efecto adverso más frecuentemente comunicado (un 3% frente a un 6%).

 

Las reacciones sistémicas fueron infrecuentes y se comunicaron con una frecuencia superior en el grupo de mepolizumab en comparación con el grupo de placebo. Se notificó la muerte de un paciente tratado con mepolizumab, que no fue considerada por el investigador como relacionada con el tratamiento en estudio.

El Dr. Michael E. Wechsler, profesor de medicina del National Jewish Health (Denver, Colorado, EE. UU.) e investigador y autor principal del estudio, señaló que “Los pacientes con EGPA padecen recaídas recurrentes, lo que supone un riesgo mayor de lesión permanente de los tejidos o los órganos. En la actualidad, no hay tratamientos específicos aprobados para la EGPA. Si bien los corticoesteroides por vía sistémica son la base del tratamiento de la EGPA, pueden conllevar importantes efectos secundarios.

En este estudio, la administración de mepolizumab cumplió varios objetivos clínicos importantes para el tratamiento de la EGPA, como el aumento del tiempo total de remisión, la reducción de la frecuencia de las recaídas y reagudizaciones, y la posibilidad de reducir la dosis de corticoesteroides de los pacientes. Estos datos confirman el potencial de mepolizumab como futura opción de tratamiento para los pacientes con esta enfermedad rara”.

Según Steve Yancey, Vice-President and Medicines Development Lead de mepolizumab de GSK, “La inflamación eosinofílica no controlada provoca un proceso imprevisible en los pacientes, a quienes les suelen afectar las recaídas, que son una característica común de esta enfermedad.

Nuestro objetivo es ofrecer a los pacientes y a los profesionales sanitarios una nueva opción de tratamiento que les ayude a controlar esta enfermedad. El éxito de este estudio es el fruto del excelente trabajo del equipo de GSK, el instituto NIAID y los investigadores, y damos las gracias a los pacientes, cuya colaboración ha permitido la realización del estudio”. Los resultados de este estudio realizado con pacientes con EGPA recidivante y resistente al tratamiento, apoyan los planes de GSK para presentar dosieres de registro, que se esperan para más adelante en 2017.

 

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