No podemos hacer que el día tenga más horas, pero sí aprovecharlas al máxo. ¿Cómo? Planificando nuestro trabajo. Elaborar un horario de estudio ayudará a mejorar su rendiento y le dejará tiempo libre para disfrutar de otras actividades.
- Respetar el horario de nuestro hijo, tanto nuestra parte como parte del resto de los integrantes de la familia y de amigos.
- Reservar un espacio de trabajo para él y procurar que siempre sea el mismo.
- Diseñar el horario de estudio de forma clara sobre una hoja y colgarla en un lugar visible.
- No interrumpir la realización de una actividad de no ser completamente prescindible.
- Cerciorarse de que se estudia cómodamente (ropa cómoda, postura relajada, espacio suficiente, temperatura adecuada, ausencia de ruidos…)
- Atender a posibles alteraciones de carácter físico o emocional de nuestro hijo que puedan influir en su concentración (dolores, malestares, preocupaciones, disgustos, enfados…)
- No presionar demasiado a nuestro hijo con el cumpliento estricto del horario, lo tante es que él lo encuentre útil, aprenda a respetarlo paulatinamente y adquiera un hábito de estudio.
- Ofrecer a nuestro hijo una recompensa después del trabajo realizado y cumpliento del horario pactado y permitir que realice alguna actividad que le satisfaga (ver algún programa de televisión, jugar con sus amigos…)
- Hacer ejercicio físico habitualmente ya que ayuda a la concentración.