3.600 empresas españolas del sector del gran consumo han dicho adiós al papel en sus procesos administrativos gracias a la factura digital, un documento económico que se está plantando progresivamente en las empresas.
Según un análisis realizado AECOC (Asociación Española de Codificación Comercial), entidad que pulsa entre los fabricantes y distribuidores españoles la adopción de la factura digital, las mayores preocupaciones de los responsables administrativos y financieros de las empresas son básicamente tres: los costes derivados del tratamiento y almacenaje de las facturas, los errores de casación con la consecuente emisión de facturas rectificativas y los plazos de pago/cobro de las mismas.
La reducción de costes es uno de los grandes logros de la denominada efactura, que permite elinar los gastos derivados sólo de papel, sobre, sello y envío sino también los de manipulación. Todo ello se traduce en un ahorro anual cercano a los 29 millones de euros anuales entre las empresas usuarias.
La factura electrónica mejora también el cuadre de facturas, ya que éstas se incoran de forma automática al sistema de gestión. Se evita así la introducción manual de datos, así como los errores derivados de este proceso, motivo el que hay corregir más de 6 millones de facturas al año.
