Los Bushtacazos al Gobierno español parecen no tener fin. Mientras La Moncloa aún espera una respuesta a las felicitaciones de Zapatero a Bush su triunfo electoral, el Presidente de Estados Unidos se ha reunido 40 minutos con su viejo amigo Aznar. Una muestra más de que el problema de Washington no es con España, es con ZP.
Casi como un chiste de mal gusto para las intenciones del Gobierno de congraciarse con George W. Bush, el recién reelecto Presidente de EE UU se ha reunido en privado con su buen amigo José María Aznar para hablar de seguridad, terrorismo y de la victoria del Partido Republicano. Mientras, los asesores de Zapatero aún esperan que les devuelvan la llamada de felicitaciones que realizaron a la Casa Blanca, tras las elecciones.
Un claro contraste que deja en claro quien es el amigo y quien es el que debe hacer muchos esfuerzos para sólo poder tener una línea directa con el Emperador del Mundo. Después de esto no es descabellado poner en marcha la idea que ronda en círculos socialistas, y que les adelantamos en exclusiva la semana pasada, de nombrar al ex Presidente de Gobierno como embajador en Washington.
Con esto, el Gobierno al menos se aseguraría tener un contacto de verdad en Estados Unidos, y no la línea vacía que mantiene en estos momentos, donde esperan una llamada que al parecer nunca llegará.
