Estar atentos pero sin agobiar

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Hemos de tener en cuenta, que los padres podemos mandar que estudien, que hagan esto o aquello otro, pero esto se puede hacer cuando tienen pocos años, que aceptan nuestras indicaciones sin rechistar, pero cuando llegan a la adolescencia, si no va saliendo de ellos mismos el hacer las cosas, que entienden que así lo tienen que hacer, poco podremos hacer con posiciones si nuestros hijos no están dispuestos a estudiar

Hemos de tener en cuenta, que los padres podemos mandar que estudien, que hagan esto o aquello otro, pero esto se puede hacer cuando tienen pocos años, que aceptan nuestras indicaciones sin rechistar, pero cuando llegan a la adolescencia, si no va saliendo de ellos mismos el hacer las cosas, que entienden que así lo tienen que hacer, poco podremos hacer con posiciones si nuestros hijos no están dispuestos a estudiar.

 

Para ir consiguiendo esta meta educativa, los padres tenemos que empezar desde pequeños, poco a poco, que sean ellos los que hacen las cosas que así lo van decidiendo, con autonomía, aunque a veces haya que mandarles, pero con la tendencia que sean los que llevan las riendas de los estudios

 

            Hemos de seguir el día a día del quehacer diario. El criterio es que cuanto más pequeños más de cerca hemos de hacer el seguiento de las tareas de nuestros hijos, cuando van siendo más mayores y han ganado en autonomía y responsabilidad, les podemos dar más distancia en el seguiento.

 

            Hay que saber qué exámenes tienen, qué resultados están obteniendo, con qué dificultades se encuentran, cuáles son sus actitudes, disposiciones….

 

            Hay que guardar un equilibrio entre dos posturas extremas: una hacer un seguiento menorizado, que puede resultar agobiante a nuestros hijos, y que en algún momento determinado hay que seguir esa estrategia que requiere una tutorización especial, pero que si se aplica más tiempo puede ser contraproducente. Y la otra postura es no preocuparnos sus cosas, seguirlo a mucha distancia, de manera que indique despreocupación nuestra parte.

 

 

            Un objetivo educativo que hemos de marcarnos los padres es que tengan la suficiente madurez y autonomía para organizarse nuestros hijos en el tema de los estudios, y también sería extensible a otros ámbitos. Pero centrándonos en el prero, lo deseable sería que cuando están en el prer ciclo de la enseñanza secundaria obligatoria, es decir, con 1314 años, nuestros hijos se pudieran organizar si mismos el horario de estudio, si se van a levantar la mañana o se quedan la noche que tienen un examen….

 

             El criterio como se ha dicho antes es ir de más seguiento a menos según va teniendo más años, pero cada caso es único.

 

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