Por prera vez en la historia de la televisión española, el Canal Estatal ha perdido el liderazgo anual de audiencia. Además, prera vez en quince años de competencia, una cadena privada (Telecinco) ha logrado ser el prer canal más visto los españoles. Una parrilla de nuevos programas que no convencen al público, confusas medidas para controlar a los demás canales, un equipo directivo que Carmen Caffarel no ha consolidado y un modelo de Televisión Pública indefinido son las principales razones de la caída.
Por prera vez en la historia de la televisión española, el Canal Estatal ha perdido el liderazgo anual de audiencia. Además, prera vez en quince años de competencia, una cadena privada (Telecinco) ha logrado ser el prer canal más visto los españoles. Una parrilla de nuevos programas que no convencen al público, confusas medidas para controlar a los demás canales, un equipo directivo que no se consolida y un modelo de Televisión Pública indefinido son las principales razones de la caída de La Prera.
Con la llegada de Carmen Caffarel hace ocho meses a la dirección de RTVE se debían cumplir dos objetivos principales: dar independencia informativa a los canales y elaborar una parrilla de programas atractivos, pero que tuviese un contenido acorde con el servicio público de un canal financiado todos los españoles. Visto lo visto, ninguno de estos se ha cumplido cabalmente y en el camino, el canal ha perdido su liderazgo de más de quince años.
¿Que ha pasado? En prer lugar se ha levantado un grupo de programas que no han logrado conectar con la audiencia. Se hay apostado Las Cerezas, 59 segundos, documentales de la BBC y producción propia de corte meramente cultural que han pasado factura principalmente en el pre te, donde desde hace tiempo el canal ya no es líder.
Esto sin contar problemas que han debido enfrentar algunos espacios como el de Julia Otero y el del Gran Wyoming que todavía no sale al aire, acusados los sindicatos de gastar grandes cantidades de dinero olvidándose de la deuda de 7000 millones de RTVE. Sin ir más lejos se dijo que cada programa de Las Cerezas costaba 120.000 euros, una cifra que no ha estado cerca de la audiencia cosechada el espacio.
Según analistas del sector muchos de estos problemas de ahorrarían si existiera una real definición entre su parrilla, ya sea TV Comercial o TV de corte cultural. De hecho sus programas transitan en un lbo en que se busca ser comercialmente culturales, sin lograr ninguno de los dos objetivos.
Capítulo aparte merecen los esfuerzos que desde Televisión Española se han hecho controlar la programación de sus competidores, Consejo de Sabios mediante, una medida que ha tenido su punto más alto en la nueva Ley que regula los contenidos televisivos en horario infantil. Con ello se quiere mejor la calidad de televisión, pero también se intenta llevar a las demás cadenas al terrero de competencia que TVE persigue, es decir la TV no comercial.
Tampoco se ha logrado articular un equipo directivo que establezca líneas claras sobre programación y gestión comercial del canal. Prueba de este fracaso es la prematura salida del director de TVE Juan Menor que ha sido reemplazado Manuel Pérez Estremera. Menor fue la prera baja de una profunda reestructuración directiva del canal.
Toda esta crisis de audiencia se suma a la crisis financiera del canal que produce un déficit anual de 600 millones de euros, una situación que les pide realizar grandes inversiones en reformar su programación. Veremos que le depara el próxo año a TVE, aunque si las cosas no cambian, la situación podría mantenerse igual
