La Asociación Española de Agencias de Publicidad (A.E.A.P.) se ha mostrado contrario a la prohibición total de la comunicación comercial de los productos del tabaco dirigida a los consumidores mayores de edad que pretende pulsar el Gobierno. El organismo ha señalado que la publicidad no busca captar nuevos clientes, sino fidelización de marca.
La Asociación Española de Agencias de Publicidad (A.E.A.P.) se ha mostrado contrario a la prohibición total de la comunicación comercial de los productos del tabaco dirigida a los consumidores mayores de edad que pretende pulsar el Gobierno. El organismo ha señalado que la publicidad no busca captar nuevos clientes, sino fidelización de marca.
La A.E.A.P. considera que la mencionada prohibición es incompatible con el derecho de libertad de expresión comercial, ya que si la venta de un producto es lícita, también debería serlo su comunicación. Es decir, que esta prohibición crearía un mercado ficticio en el que no existiría la libre competencia, y en el que los distintos competidores no tendrían medios ni espacios en los que poder comunicarse con sus clientes.
Sin embargo, la A.E.A.P. apoya sin fisuras la inclusión de determinadas litaciones en la comunicación en este tipo de productos, especialmente las medidas encaminadas a prevenir el acceso de los menores al consumo de tabaco. En este sentido, la industria cuenta con un marco de autorregulación que adopta medidas más estrictas que las propiamente legales.
Ante esta situación, la A.E.A.P. muestra su voluntad para dialogar con la Administración Pública y encontrar soluciones que satisfagan el derecho de los ciudadanos a preservar su salud y el derecho de una industria legal al libre mercado y a la libertad de expresión comercial.
Por otra parte, el mercado del tabaco en España, al igual que en el resto de países de la Unión Europea, es un mercado maduro en el que la publicidad no intenta conseguir nuevos consumidores, sino preferencias de marca e incrementar cuota de mercado a costa de la competencia. Es decir que se desarrolla una publicidad de marcas, no de productos. En este tipo de mercados, la publicidad tiene, cada vez más, la función de informar a los consumidores.
Por lo tanto, la prohibición de la publicidad del tabaco constituiría una violación de una serie de derechos constitucionales: el derecho de libertad de expresión y comunicación comercial de un sector legal, y el derecho de los ciudadanos a estar informados y elegir.
Por otro lado y según el últo “Estudio Infoadex de Inversión Publicitaria en España”, la inversión publicitaria de la industria del tabaco en el año 2003 ascendió a 51,7 millones de euros. El 98,47% de esa inversión la realizan sólo entre seis anunciantes, lo que indica claramente la madurez del sector. De esta cantidad global, el 51,9% se destinó al medio exterior, el 21,63% al medio radio y el resto se repartió entre revistas, diarios y cine.