El director del diario El Mundo, Pedro Jota Ramírez, escribió ayer domingo, quizás, el mejor artículo de su vida. Bueno, más que un artículo resultó ser una “filípica” envenenada contra Jesús de Polanco, a quien acusa de ser el verdadero amo de la España actual. Tremendo… si no fuera que Pedro Jota escribía barriendo para su casa: si a ti te dan una televisión yo quiero otra.
Pedro Jota centó su “filípica” en unas cuantas historias, verídicas, de Luis XIV de Francia. Fue una pena, sin embargo, que no mencionara otra historia del Rey Sol que sí afectó a España (y puede que le siga afectando). A finales del siglo XVII se moría (y se murió el 1 de noviembre de 1700) sin descendencia Carlos II llamado “Hechizado” y Luis XIV pidió la Corona de España y el perio español para su nieto, el duque de Anjou. Como la cosa se le puso difícil que los Austrias llevaban dos siglos en Madrid un día llamó al embajador español ante la corte francesa, el marqués de Castellosríus , y le dijó sin pestañear: “Embajador, vaya urgente a Madrid y hágale saber a la familia real que si la Corona de España no es para mi nieto haré de ese Imperio, otra vez, un reino de Taifas y que la frontera francesa pasará a ser el Río Ebro”.
Y naturalmente Carlos II reformó su testamento y nombró heredero al duque de Anjou, luego Felipe V. Eso sí, con una condición múltiple: que Francia tenía que respetar la frontera de España, que tenía que comprometerse a mantener la unidad de España y respetar su Imperio. Si no, no había trato. Y a pesar del acuerdo, España tuvo que vivir una Guerra de Sucesión de más de diez años.
Así, y bajo esas condiciones llegaron los Borbones a España. Conviene recordarlo en esta hora de locura a la que nos están llevando los separatistas, los pactistas y hasta los Polancos, ZP y Pedro Jotas.
Nota: Ese embajador español, fue precisamente, el que dijo la frase que pasó a la historia: ¡Qué gozo, ya no hay Pirineos! Se han hundido en la tierra y no formamos más que una nación.
Equipo Séneca.
