Todo lo relacionado con el cannabis se ha convertido en una cuestión mediática de prer orden. Cualquier descubriento científico, manifestación de alguna persona relevante, sentencia judicial, etc. se convierten rápidamente en cabeceras periodísticas.
Todo lo relacionado con el cannabis se ha convertido en una cuestión mediática de prer orden. Cualquier descubriento científico, manifestación de alguna persona relevante, sentencia judicial, etc. se convierten rápidamente en cabeceras periodísticas.
Como sabemos, una vez puesta en marcha una dinámica de este estilo es difícil substraerse a ella. Será tante una mayor plicación de los científicos y profesionales en este debate para evitar la manipulación que se está haciendo en ocasiones de los datos y para reconducir el debate hacia posiciones donde los datos existentes sean tenidos en cuenta.
Es especialmente reveladora o de la falta de información o del interés mantener la ambigüedad y la confusión, la forma en que se trata la cuestión del ‘ro terapéutico’.
No existe, desde luego, en el mundo científico y profesional un interés en marginar las posibilidades terapéuticas de los cannabinoides, sino todo lo contrario.
Pero esto tiene poco que ver con el apoyo al uso recreativo o como droga que se pueda hacer del cannabis. Es una responsabilidad que tenemos con jóvenes de la cual no podemos quedar al margen.
Debemos ser prudentes a la hora de informar para que los chicos no confundan el uso terapéutico del cannabis con el uso recreativo del mismo ya que la realidad es que en la encuesta escolar española vemos reflejado como una parte tante de los estudiantes tiene una escasa percepción de riesgo ante el consumo de alcohol y cannabis.
Más de la mitad de los estudiantes en el caso del alcohol y una cuarta parte en el caso del cannabis considera que el consumo habitual de estas sustancias no produce ninguno o pocos problemas.
Además, prera vez, la percepción de riesgo del cannabis es silar a la del tabaco. Esta percepción del riesgo disminuye a medida que aumenta la edad, de forma que a los 18 años es menor que la del tabaco.
Es evidente que el cannabis requiere un tratamiento especial pues en la encuesta del año 2000 respecto a los años anteriores aumenta la percepción del riesgo de todas las drogas, excepto del cannabis.
Destaca el aumento de la percepción del riesgo del éxtasis, en gran medida debido a la difusión de casos llamativos en los medios de comunicación, en un punto y medio centual y del tabaco en casi dos puntos, pero disminuye en cambio la percepción del riesgo del cannabis tanto en lo que respecta al consumo experental (cuatro puntos) como habitual (1 punto y medio).
Debemos decir, no obstante, que son los propios jóvenes los que tienen también la responsabilidad sobre sus elecciones. Pero para eso también hemos de haberlos educado bien a la hora de elegir y tomar decisiones y eso, sabemos, no es tarea fácil.
Es evidente que la cultura y la presión social (compañeros sobre todo) tienen una tancia crucial en sus elecciones. Pero ellos son también responsables de escoger estilos de vida ligados excesivamente al consumismo, hedonismo y la medicalización.
Debemos fomentar el desarrollo del espíritu crítico y menos interesado la inmediatez y un mayor compromiso en la construcción de la sociedad que ellos quieren.
Hay un deber hacia ellos parte de la sociedad pero también debería ser un compromiso de ellos con esta sociedad. Si los preparamos bien y cuidamos de ellos lo más probable es que en un futuro no muy lejano puedan y quieran devolvernos el favor.
