El periodista andaluz Francisco Rubiales Moreno, presidente del grupo de comunicación Euromedia, acaba de publicar un ensayo titulado Democracia Secuestrada, en el que critica la dejación de funciones parte de los medios de comunicación.
El periodista andaluz Francisco Rubiales Moreno, presidente del grupo de comunicación Euromedia, acaba de publicar un ensayo titulado Democracia Secuestrada, en el que critica la dejación de funciones parte de los medios de comunicación, “que han abandonado su antigua alianza con los ciudadanos para echarse en brazos de los poderes políticos y económicos”.
Rubiales repasa en varios capítulos de su libro el papel actual de los medios de comunicación en las democracias actuales, y señala que este papel se ha visto fuertemente mermado, ante la concentración del sistema informativo mundial en grandes empresas que han puesto sus intereses políticoeconómicos sobre los intereses de los lectores. La prensa ha perdido su espíritu originario y los periodistas se han convertido en legionarios al servicio de los intereses mercantiles de las empresas que controlan sus medios, olvidando su antigua condición de servidores públicos encargados del control del poder.
Según el autor, los medios están escatando el debate a los ciudadanos y lo hacen de manera placable, sin otro fin que la defensa de sus propios intereses empresariales, para lo cual no dudan en utilizar su dominio abrumador del sistema informativo y la poderosa influencia política que se deriva de ese dominio de la información. “Amparados en el blindaje que les prociona su enorme influencia, los grandes medios han optado no satisfacer la demanda del mercado sino mediatizar esa demanda y conducirla, de manera que el publico reclame exactamente lo que ellos están ofreciendo”, expone el autor, que agrega: “es una especie de esperpento que lleva hasta el extremo la caricatura del sistema capitalista y que pone en peligro a la misma democracia, que, de hecho, está siendo trucada”.
En su opinión, la censura, recurso burdo y poco sofisticado, ha cedido el testigo a una autocensura mucho más eficiente, capaz de cumplir sus objetivos de manera milétrica y sin desgaste o costo alguno. “Hoy se ha convertido en paradigma aquella opinión de George Orwell expresada en su introducción no publicada de Rebelión en la Granja, según la cual en las sociedades libres la censura es infinitamente más sofisticada y meticulosa que en las dictaduras que pueden silenciarse ideas que se desaprueban y mantenerse ocultos hechos poco convenientes sin necesidad alguna de prohibición oficial”, expone.
