“Cuando la historia de un pueblo fluye dentro de su normalidad cotidiana, parece lícito que cada cual viva atento sólo a su oficio y entregado a su vocación. Pero cuando llegan tiempos de crisis profunda, en que, rota o caduca toda normalidad, van a decidirse los nuevos destinos nacionales, es obligatorio para todos salir de su profesión y ponerse sin reservas al servicio de la necesidad pública”. Esto apuntaba Ortega y Gasset y desde luego no se equivocaba. En las últas fechas en España se ha demostrado con creces todo esto y más. La sociedad se ha movido y sobre todo atentados terroristas sean del fanatismo que sean. El moviento ha sido muy grande, grandíso. Eso destaca el interés golpear y derrotar al terrorismo que tiene la sociedad.
La gente, la sociedad, sigue el debate, lo sigue con interés. Y se aprueba el diálogo. Y muestra su apoyo a unos y a otros, como si estuviese en las tribunas del Congreso. ¿Y de repente se cuela alguien al margen de la democracia y consigue diálogo? ¿O se le ofrece diálogo a alguien que no le interesa?. Que aburridos son señorías. No vayan en contra de lo que la sociedad demuestra, no quieran apuntarse tantos. Ojalá me equivoque. Ellos no quieren dialogar, quieren la independencia, ¿señores Diputados, se la van a dar? ¿Vamos hacia un estado federal entonces? ¿Le han informado a nuestro Rey de lo que esto supone? Ningún estado federal en la historia ha sido monárquico.
La sociedad está atenta a lo que pasa, pero no descuida sus oficios, no le hagan que descuide demasiado. Señorías hagan su oficio sin olvidar a quien les vota. Sin tantos, sin hablar hablar, con talento, con talante o con lo que quieran, pero no se enfrenten a la sociedad. No olviden, las manos blancas son democracia, las otras son independencia. ¿Si es eso lo que quieren aprobar? Hablen claro, tanto como la sociedad.
José Aguado
