Cuando Esperanza Aguirre llegó al poder, dio orden de acabar con la telebasura en Telemadrid, y para ello puso a una de sus personas de absoluta confianza al frente del Ente.
Cuando Esperanza Aguirre llegó al poder, dio orden de acabar con la telebasura en Telemadrid, y para ello puso a una de sus personas de absoluta confianza al frente del Ente. Pero olvidó una regla tantísa… que al frente de los medios hay que poner a gente que conozca los medios. Y Soriano lo más cerca que había estado de una parrilla… era en una chuletada.
En el caso de la tele no sirve aquella frase de las abuelas de “la intención es lo que cuenta”. Las salvajes normas en las que se mueve la televisión de nuestro país ponen que, para quitar algo que funciona, lo que lo sustituya sea igual de potente o más. Y eso no se ha hecho. Tampoco se ha mantenido la agen de la cadena: si la apuesta era el star system propio que ha logrado crear Telemadrid, y una agen urbana y moderna… su apuesta han sido otros fichajes. Sinceramente… ¿ustedes ven a Curry Valenzuela, a Luis Mariñas o a Germán Yanke con un micro corriendo en medio de la Puerta del Sol? Pues va a ser que no.
Todo sin pecar de inocentes… una parrilla no ha de gustar a un gobierno, ha de gustar a la audiencia. Para que un documental mantenga un buen share ha de lograr antes una estupenda acogida. Y para que la audiencia no se vaya, ha de conocer a los que salen en su tele, hay que apoyar a las estrellas de la Casa (no echarlas… lo que ha pasado en muchos casos), y si fichamos a alguien, pensar que la audiencia de Telemadrid es absolutamente urbana, en un caso sólo comparable a la televisión catalana dentro de la FORTA. Y con una salvedad sobre ella, que al contrario que a esta, a Telemadrid siempre se la ha considerado un canal netamente nacional.
La apuesta de Soriano para Telemadrid ha sido carroza, poco moderna, poco arriesgada y que se ha jugado mucho nada. No es bueno salir en los zapping de medio país que Curry Valenzuela no tenga ni idea de cómo enfrentarse a una cámara, que Yanke piense que puede hacer de su capa un sayo o una columna de opinión, o que Cristina Tárrega crea que a media mañana puede seguir haciendo lo que hacía a medianoche, fuera lo que fuese. Menos telebasura y más telecaspura (de Telecaspa).
