Vacuna contra la malaria de GSK

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El compuesto candidato a vacuna contra la malaria de GlaxoSmithKline podría aplicarse de forma eficaz a escala mundial dentro de cinco o seis años. Así lo afirmaba en las jornadas ‘Malaria: un reto para la humanidad’ el doctor Pedro Alonso investigador del Centro de Salud Internacional del Hospital Clinic de Barcelona, con sede en Mozambique.

El compuesto candidato a vacuna contra la malaria RTS,S/AS02A de GlaxoSmithKline podría aplicarse de forma eficaz a escala mundial dentro de cinco o seis años. Así lo afirmaba en el marco de las jornadas “Malaria: un reto para la humanidad” que se celebraron ayer en Madrid,  el doctor Pedro Alonso investigador del Centro de Salud Internacional del Hospital Clinic de Barcelona, con sede en Mozambique.

 

Tanto Joe Cohen y Ripley Ballou, “padres” científicos de la vacuna, como el investigador español Pedro Alonso, coincidieron en señalar el año 2010 como plazo para aplicar a escala mundial la nueva vacuna contra la malaria.

Estas optistas previsiones se deben a los buenos resultados obtenidos en un ensayo clínico realizando con 2.022 niños en Mozambique que dirigió Pedro Alonso y contó con el apoyo de la Agencia de Cooperación Española. Este ensayo, el más amplio realizado hasta la fecha en África, demostró la protección durante un periodo de al menos seis meses, incluso contra las formas más graves de la enfermedad.

El doctor Alonso advirtió de que la vacuna será muy útil para luchar contra la malaria, pero sí sola no servirá para controlar o erradicar la enfermedad. Serán necesarias otras medidas de control, como mosquiteras pregnadas en insecticida, y el desarrollo de servicios sanitarios adecuados y de fármacos para la población de riesgo.


La Vacuna:

 

La historia de esta vacuna, bautizada como RTS,S/AS02A está estrechamente ligada a GlaxoSmithKline Biologicals, uno de los principales centros de vacunas a nivel mundial, que se encuentra radicado en Rixensart (Bélgica). Fue en este centro donde los investigadores Dr. W. Ripley Ballou y Dr. Joe Cohen observaron que una vacuna previamente ensayada, que utilizaba una proteína del Plasmodium, podría ser eficaz para desarrollar una nueva inmunización.

 

A partir de ahí, los investigadores unieron dicho antígeno del parásito con un antígeno de superficie del Virus de la Hepatitis B y potenciaron la vacuna con un nuevo adyuvante, elaborado a base de lípido A “que había demostrado su eficacia en otras inmunizaciones”.

 

Una vez ideada la nueva vacuna quedaba un paso prescindible: hacer un ensayo clínico para demostrar, consecutivamente, su seguridad y eficacia. Es ahí donde entra a colaborar en el proyecto el Dr. Pedro Alonso, Director del Centro de Salud Internacional del Hospital Clínic de Barcelona, con sede en Mozambique.

 

 

El investigador español se puso al frente de un equipo con gran experiencia y diseñó un ensayo clínico de gran envergadura para probar la vacuna en el sector de la población más afectado la malaria: los niños. Sin embargo, aún faltaban dos pilares para que la vacuna se probase en condiciones: apoyo financiero y cooperación institucional. 

 

La Fundación Bill & Melinda Gates, a través de su colaboración con la Iniciativa para la Vacuna contra la Malaria, un programa global creado para superar las dificultades que puede encontrar el desarrollo de una vacuna contra la malaria, fue la encargada de financiar el ensayo clínico. Por esta razón, en la reunión científica participa la Dra. Regina Rabinovich, Directora de Enfermedades Infecciosas de la Fundación.

 

El apoyo institucional se obtuvo del Ministerio de Sanidad de Mozambique, país que acogería el ensayo clínico y, además, se logró que el Ministerio español de Asuntos Exteriores colaborara también con la iniciativa.

 

Una vez conseguidos estos apoyos, el Dr. Pedro Alonso comenzó a probar en niños mozambiqueños la vacuna. Un ensayo clínico en fase II B aleatorio y doble ciego, realizado con 2.022 pequeños procedentes del sur de Mozambique, demostró la viabilidad del desarrollo de una vacuna eficaz contra la malaria.

 

En este ensayo clínico se demostró que la eficacia de la vacuna desarrollada GSK Biologicals fue: del 30% contra los episodios clínicos de malaria, del 45% frente a la infección praria Plasmodium (P) falciparun y del 58% frente a la forma más grave de la enfermedad.

 

Los resultados de este estudio merecieron su publicación en la prestigiosa revista The Lancet y permitieron que se pusiera en marcha el ensayo clínico en fase III, que se está desarrollando actualmente en Mozambique con más niños participantes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 
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