A la gran mayoría de los adultos se nos ha olvidado que pasamos la adolescencia y siempre se tiende a negativizar las situaciones con frases como " en mis tiempos no se hacía…", "cuando yo tenía tu edad no era …". Pero lo cierto es que, debemos asumir que los tiempos han cambiado.
A la gran mayoría de los adultos se nos ha olvidado que pasamos la adolescencia y siempre se tiende a negativizar las situaciones con frases como ” en mis tiempos no se hacía…”, “cuando yo tenía tu edad no era …”. Pero lo cierto es que, debemos asumir que los tiempos han cambiado. Actualmente se dispone de más información y además de una manera más rápida y esta información puede ser utilizada de forma inadecuada los adolescentes o el contrario puede servir para elinar mitos y tabúes.
Un gran problema es la falta de comunicación entre padres e hijos que viene dada el ritmo de vida al que nos vemos sometidos en los últos tiempos. Cuando los progenitores trabajan fuera de casa se da una pérdida de la calidad educativa, ya que el desgaste físico y cognitivo de los padres les lleva a restar tancia a las demandas de sus hijos y a la creencia errónea de que los centros educativos son los principales responsables de la educación de los mismos. Cuando los niños llegan a la etapa de la adolescencia este problema se agrava el despertar de la sexualidad, ya que regla general tratamos de evitar el tema, lo que origina que el adolescente busque información de las fuentes que tenga a su alcance. Estas fuentes desafortunadamente no siempre son fiables y en la mayoría de las ocasiones conllevan concepciones erróneas y surgen los tabúes, que posteriormente pueden condicionar el desarrollo normal de su vida sexual.
Es obligación de los padres hablar con los adolescentes de los riesgos de mantener relaciones sexuales sin protección, sobre el correcto uso del preservativo, sobre el despertar de su sexualidad, la masturbación, el erotismo, la paternidad responsable, la homosexualidad y heterosexualidad. Pero en muchos casos los padres rehúsan tomar alguna medida hasta estar plenamente convencidos de la demanda de información de sus hijos.
En el despertar sexual se pueden diferenciar varias etapas:
Etapa de aislamiento: Se da entre los 12 y 14 años. En los varones es la época de las pandillas, de la suciedad y el desorden como reacción a los cambios que está experentando su organismo. También se da un rechazo al sexo femenino, quizá como una forma de superar la dependencia de la madre. Sin embargo las niñas no rechazan a los varones.
Etapa de incertidumbre: Enmarcada entre los 14 y 15 años. Se da mayor tancia a los pares, las decisiones personales estarán sujetas a las del grupo al que se pertenece. Surge el erotismo a través de chistes y conversaciones. En los varones puede haber encuentros homosexuales debido a que su tidez les pide el acercamiento a las personas del otro sexo, pero esto no va a marcar su futura tendencia sexual. Esta es la etapa de los preros enamoramientos.
Etapa de apertura a la heterosexualidad: Entre los 15 y 17 años aparecen los grandes enamoramientos, de gran intensidad pero poca duración. Surgen las fantasías masturbatorias y la idealización de la otra persona. Aquí se define la orientación sexual.
Etapa de consolidación: Entre los 17 y 19 años se consolida la identidad, se desidealiza al objeto amado, las relaciones personales son más estables y se toma conciencia de los conceptos de libertad y responsabilidad.
Los adultos no debemos olvidar que los adolescentes son personas en desarrollo y que necesitan límites para encontrar su sitio en el mundo, pero una excesiva rigidez o un exceso de libertad son contraproducentes, ya que pueden sentirse asfixiados las normas puestas o abandonados la carencia de las mismas.
Por últo los padres deben estar preparados para aceptar las elecciones, ideológicas, culturales y sexuales de sus hijos, pero ello no quiere decir que le nieguen su orientación y apoyo.
