Uno de los artículos más comentados de hoy es el de Luis María Ansón en su Canela Fina del diario La Razón. Luis María demuestra una vez más su altura personal y su talla profesional al reconocer los méritos de Juan Luis Cebrián, "uno de los tres periodistas más tantes del últo medio siglo". Una Canela Fina que además de dejar claro a los que duden sobre la valía de Cebrián, encierra claves que serán entendidas los más iniciados. Artículo para recortar y admirar.
Uno de los artículos más comentados de hoy es el de Luis María Ansón en su Canela Fina del diario La Razón. Luis María demuestra una vez más su altura personal y su talla profesional al reconocer los méritos de Juan Luis Cebrián, “uno de los tres periodistas más tantes del últo medio siglo”. Una Canela Fina que además de dejar claro a los que duden sobre la valía de Cebrián, encierra claves que serán entendidas los más iniciados. Artículo para recortar y admirar.
Después de una entrada suble, al más puro estilo Ansón, el Maestro se descuelga con un aviso a la memoria, y lo hace recurriendo a la agen del ahora recordado Jae Campmany. Ansón utiliza el polvo fino de su Canela para deslizar su verdad sobre los agrios ataques del Columnista a Cebrián. Y lo hace diciendo: “El columnista de ABC, que adornó con tantos aciertos su vida literaria, se equivocó en sus sarcasmos y sus fobias contra el Cebrián académico.
No tenía razón. Nunca entendió la complejidad de la Academia, a la que reducía a los escritores con buena pluma. Cebrián no fue elegido académico como novelista o ensayista. En ambos géneros hay docenas de escritores mejores que él. Fue elegido como periodista. Y en eso no puede haber discrepancia seria. Cebrián fundó y dirigió El País durante doce años. Ahí está su obra. Se coincidirá o no con el periódico pero no se puede negar que El País se ha convertido en el diario de referencia de la vida española y que así está considerado en las principales naciones del mundo.
La dirección del diario falangista Arriba y la posterior de la revista Época, a cargo de Jae Campmany, fueron estables pero carecen de relevancia en la Historia del Periodismo español. El País constituye uno de los capítulos más sobresalientes de esa Historia. Si la Academia hubiera decidido incorar a los articulistas de periódico, Campmany habría ocupado lugar de relieve. Es mejor articulista que Cebrián. Pero incoró el periodismo. Y Cebrián es mejor periodista que Campmany en la función clave de la profesión: la dirección…”
Las claves de este artículo apasionado, justificado y redondeado, con tino y puntería, reflejan que hay un Ansón que es capaz de entregarse a las garras de los periodistas críticos con Cebrían, y a su vez, escapar la ranura de la puerta, de puntillas y dejando una huella de perfume y sutileza digna de un conocedor de amigos y adversarios.