Infiltrados en Teleasturias

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Nuevo capítulo de la disputa Telecable Teleasturias: una trabajadora de la cadena fue despedida acogerse a la cláusula de conciencia tras negarse a moderar un debate en el que se atacaban los intereses de la operadora. Sin embargo, parece ser que podría tener apalabrada su incoración a la futura televisión regional, en la que casualmente tendría mucho que decir Telecable y el gobierno asturiano, enemigo acérro de Teleasturias.

Nuevo capítulo de la disputa Telecable Teleasturias: una trabajadora de la cadena fue despedida acogerse a la cláusula de conciencia tras negarse a moderar un debate en el que se atacaban los intereses de la operadora. Sin embargo, parece ser que podría tener apalabrada su incoración a la futura televisión regional, en la que casualmente tendría mucho que decir Telecable y el gobierno asturiano, enemigo acérro de Teleasturias.

 

Según ha podido saber PRNoticias, la trabajadora despedida ya tendría una oferta en firme de Teletini, tal y como conocen los periodistas asturianos a la futura televisión regional, debido a la influencia que tendrá en ella el Presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, alias Tinín.

 

Y es que la sombra de Tinín es alargada entre los medios locales asturianos, tal y como demuestra el dato de que sólo Teleasturias mostrara su malestar con Telecable  la reducción que sufrió en su área de influencia.

 

Así mismo, la entrada a concurso de Teleasturias junto a Popular TV y Localia una licencia regional con la llegada de la TDT puede ser otro de los factores que habrían enervado al gobierno principesco y le hubieran lanzado a desacreditar a la ya citada cadena televisiva, así como la posible venta de Telecable a Ono, lo que facilitaría la lpieza de la parrilla y de este modo dar vía libre a la consolidación del ente asturiano.

 

Lamentablemente, este tipo de presiones gubernamentales hacia los medios de comunicación son una constante aún hoy en nuestro país, y parece difícil que los políticos entiendan que los medios son de servicio público, no para salvaguardar sus intereses.

 

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