Si ayer os ofrecíamos las reacciones de UGT y CCOO ante las informaciones que apuntaban a un ERE y el cierre de varias delegaciones territoriales, hoy es la APLI quien exige la comparecencia de Caffarel y la SEPI para que desacrediten o confirmen las filtraciones de estos días. Los modos de Caffarel no gustan nada entre los sindicatos, que parecen erigirse en sus peores enemigos.
Si ayer os ofrecíamos las reacciones de UGT y CCOO ante las informaciones que apuntaban a un ERE y el cierre de varias delegaciones territoriales, hoy es la APLI quien exige la comparecencia de Caffarel y la SEPI para que desacrediten o confirmen las filtraciones de estos días. Los modos de Caffarel no gustan nada entre los sindicatos, que parecen erigirse en sus peores enemigos.
La postura de la APLI es clara: “Rechazamos y nos opondremos a cualquier plan, que suponga el desmantelamiento del Grupo RTVE, en su capacidad productiva, o en su estructura territorial, si como parece es lo que pretende hacer el Gobierno, debe saber que nos tendrá enfrente con toda la fuerza que podamos reunir”.
Así mismo, se muestra contraria a las negociaciones clandestinas que parecen estar dándose, que van en contra del curso normal de los acontecientos, ya que el proyecto de Ley sobre la Radio y Televisión de titularidad Estatal aún se encuentra en fase de presentación de enmiendas.
Esta postura se alinea entorno a las declaraciones emitidas las secciones de UGT y CCOO durante la jornada de ayer, en la que pedían explicaciones tanto al Gobierno como a la titular del Ente acerca de las filtraciones que han hecho que datos confidenciales sean de dominio público.
Lo único claro en todo este asunto es que los representantes de los trabajadores del grupo están más que hartos ya de los modos de Caffarel y su trouppe, y no están dispuestos a tolerar ningún desplante más.
Seguiremos Informando…
