El silencio de los pollos de Weber

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De la gestión de una crisis puede depender el futuro de una empresa, y más aún si se trata de una empresa del sector alentario, mucho más sensible a las alarmas sociales. Reaccionar con rapidez y procionar información clara y transparente son las claves principales para conseguir controlar la situación. La últa gran crisis del sector alentario español, generada la intoxicación de más de 2800 personas a causa de la ingesta de pollos asados envasados el Grupo Sada, aún no ha llegado a su fin. Weber Shanwick la agencia de comunicación que está gestionando la crisis, ha decidido no hablar. El silencio atronador de los pollos terminará con resolución judicial.     El pasado 28 de julio, tras un aviso de la Comunidad Valenciana, el Ministerio de Sanidad puso en marcha el sistema de alerta sanitaria con el que  se paralizó la producción del Grupo Sada y comenzó la retirada del mercado de los pollos que comercializa la empresa dedicada a su envasado, manipulación y distribución.  Al día siguiente, es decir el 29 de julio, la empresa mandó un comunicado en el advertía sobre la situación y ofrecía un teléfono de atención al consumidor.   Su prera reacción fue elogiada el Ministerio de Sanidad que destacó el comtamiento colaborador de la empresa. Sin embargo, los medios de comunicación no recibieron el mismo trato y varios de ellos, incluido El País, se quejaron de la falta de información y transparencia.  De hecho, muchos periodistas mostraron su descontento con el Grupo Sada que, según ellos, se litó a colocar en la prensa comunicados y anuncios tranquilizadores, en vez de contestar a sus preguntas. Se ponía la Ley de la Publicidad en contra de la del sentido común (Comunicación). De nuevo se volvían a enfrentar dos mundos que aunque unidos transitan caminos separados.   La alarma social llegó a todos los rincones, excepto a un pequeño convento de monjas que celebraban la llegada de dos hermanas y terminaron en el hospital.   Para averiguar cómo se gestionó la crisis, hemos intentado ponernos en contacto con Weber Shandwick que ha preferido, de momento, guardar silencio, puesto que según nos han comentado “es muy prematuro hacer un análisis dada la cercanía de la crisis”.   Aún así, a continuación os ofrecemos el cuestionario que mandamos a la agencia y que esperamos puedan contestar en un futuro no muy lejano, antes de que el silencio de los pollos se convierta en el griterío de los familiares de los afectados.   Las preguntas que buscan respuesta:       Quién fue prero la gallina o WeberCon esto quiero decir si sois vosotros los que ponéis un plan de actuación de crisis o éste ya existía.   Los preros casos de personas infectadas son del 22 de julio ¿Cuándo contrató la empresa de pollos Sada vuestros servicios?   ¿Qué ofrece Weber a esta situación? Sois elegidos al azar o es una decisión de precio, o de estrategia. ¿Es la prera vez que habéis trabajado con ellos?   Una vez que conocéis la situación ¿cuáles son vuestros preros pasos?   ¿Cómo pudo no llegar la información hasta el últo rincón donde hubiese un afectado? (caso de las monjas de clausura)   ¿Qué acciones se llevaron a cabo?   ¿Cuántos afectados hay?   Los periodistas se han quejado de falta de información… ¿Vuestra estrategia de comunicación ha sido callar e insertar anuncios en prensa facilitando un teléfono para los afectados?   ¿Qué se ha hecho desde el punto de vista de la comunicación para que la gente vuelva a confiar en los pollos de Sada?   ¿Os ha pillado sorpresa que el Ministerio de Sanidad esté estudiando las vías para reclamar a la empresa Sada los gastos sanitarios ocasionados la atención a las personas afectadas la salmonelosis?   ¿Seguirá la relación de Weber con Sada una vez terminada la crisis?   ¿Contaba Sada con un departamento de comunicación interna?  

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