Los fieles madrileños escucharon durante la misa dominical la lectura de una nota de la archidiócesis que les instaba a acudir a la marcha contra la LOE, para conseguir ‘una solución eficaz al elevado índice de fracaso escolar’. El comunicado se centraba en el quebrantamiento de la libertad de enseñanza que, según los convocantes, no respeta el ‘pacto constitucional’.
Los fieles madrileños escucharon ayer durante la misa dominical la lectura de una nota de la archidiócesis que les instaba a acudir a la marcha contra la LOE, para conseguir ‘una solución eficaz al elevado índice de fracaso escolar’. El comunicado se centraba en el quebrantamiento de la libertad de enseñanza que, según los convocantes, no respeta el “pacto constitucional”.
El comunicado fue leído laicos y no religiosos en la mayoría de las Iglesias, ya que los párrocos tenían libertad para no hacerlo. El obispo auxiliar de Madrid, monseñor Fidel Herráez, remitió una carta a todas las parroquias en la que incluía el texto y los carteles de la convocatoria, que ayer amanecieron colocados en muchas iglesias en los habituales tablones de anuncios de actividades. En la misiva, Herráez también recomendaba, como directriz general, que fuera un seglar el que pusiera en conociento de la feligresía, al término de la ceremonia religiosa, las razones que han movido al Consejo de Laicos a tomar parte activa en las protestas.
Las razones para este llamamiento a los católicos son claras: “Este proyecto de ley no responde a la realidad de los problemas actuales de la enseñanza, ni atiende adecuadamente a la formación integral de los alumnos, ni transmite los valores del esfuerzo y del estudio”, leían ayer los sacerdotes. Por otra parte, consideran que la LOE “no garantiza la libertad de enseñanza, ni el derecho de los padres a elegir el centro en el que quieren educar a sus hijos, ni el derecho que les asiste para decidir sobre la formación religiosa y moral” de los menores.
El texto recuerda también que cerca del “80 ciento de los alumnos españoles opta cursar la asignatura de religión católica”, y que esta LOE «no reconoce el carácter fundamental» de esta materia, “ni su plena validez académica, ni que deba ser de obligada oferta en los centros educativos” para los escolares que lo deseen.
Por todas estas razones, en las iglesias madrileñas se escuchaba ayer la petición “urgente” de llegar a un pacto de Estado, “que promueva las condiciones necesarias para conseguir una educación de calidad en libertad y dote al sistema educativo de una estabilidad que no dependa de la alternancia política”.
Por su parte, el tavoz del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, censuró ayer la actitud de los obispos y dijo que, de ser sacerdote, “no sabe si utilizaría los púlpitos para hacer convocatorias”. Rubalcaba también desveló que el Gobierno estuvo “muy cerca” de sellar un acuerdo con la Conferencia Episcopal sobre la asignatura de religión. “Durante las negociaciones tuve la sensación de que el entendiento entre ambas partes estaba al alcance de la mano, pero, de repente, se frustró y no fraguó”, dijo sin precisar más.
También la secretaria de Política Autonómica del PP, Soraya Saénz de Santamaría, quiso terciar en la polémica LOE, y aseguró que su formación “comparte los motivos de los padres y alumnos de la Iglesia católica para defender la manifestación”.
