Hace escasamente una hora, Joaquín NavarroValls ha sido condecorado con la “C” de Oro, galardón concedido anualmente El Club de la Comunicación al personaje o institución que haya destacado la utilización activa de la comunicación en el ejercicio de su profesión. En este caso, los socios del Club han premiado la transparencia informativa demostrada la oficina que dirige NavarroValls durante los últos momentos de vida de Juan Pablo II.
La ceremonia, celebrada a mediodía en el hotel Wellington de Madrid, ha contado con la presencia de una nutrida representación de los medios de comunicación y de otras instituciones, como es el caso del Portavoz y Secretario General de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, que ha preferido mantenerse al margen de la polémica suscitada entre el Ministro de Industria, José Montilla, y la COPE, emisora de dicho organismo.
Los socios del Club, junto a NavarroValls
Charo Moreno, Presidenta del Club, ha puesto la insignia al actual Director de la Oficina de Prensa de El Vaticano, tras un breve discurso en el que ha destacado la transparente labor que ha desarrollado NavarroValls durante los veintiún años que lleva en su cargo, veinte de los cuales coincidieron con el Papado de Juan Pablo II, y especialmente durante los últos días de éste.
Por su parte, el galardonado ha destacado la dificultad de comunicar los valores humanos defendidos el catolicismo en una cultura construida sobre ‘realidades mecánico – científicas y el juego’, en la que la racionalidad ha perdido su peso.
Así mismo, el Director de la Oficina de Prensa de Benedicto XVI destacó el esfuerzo de Carol Wojtyla rehacer prero y proponer después un lenguaje adecuado a la temática humana, labor de la que ha participado activamente la Oficina que dirige NavarroValls.
Por últo, respecto a la controversia suscitada la cobertura informativa realizada algunos medios durante los últos días del Sumo Pontífice, el homenajeado ha insistido en que desde la oficina de prensa en ningún momento se vulneró el derecho a la información de los más de seis mil trescientos medios acreditados en las citadas fechas, obedeciendo así a la doctrina de transparencia informativa puesta Juan Pablo II desde el comienzo de su longevo pontificado.