Gloria Lomana demostró ayer lo fácil que es llenar 30 minutos de televisión, preguntar a un presidente, Zapatero y conseguir pocas y vagas respuestas. La directora de los servicios informativos de Antena 3 triunfó y Zapatero confió en Julián Lacalle como apoyo. Barroso había estado reunido con el Presidente para preparar la entrevista y Moraleda miraba de reojo las concentraciones agrarias, que al final es lo que le va…
Gloria Lomana colocó en suerte a un Zapatero hipermaquillado, cansado, con marcadas ojeras y con un discurso hueco, como casi siempre. No se quiso mojar y lo que dejó claro para los suyos, se convirtió en un completo despropósito para los chicos de Mariano Rajoy.
Zapatero se sentó durante diez minutos, a la espera de entrar en directo, y algunos de los periodistas salieron a saludarle y conversaron con el Presidente. Zapatero se litó a hablar de lo difícil que es gobernar y tomar decisiones, y de su apoyo y apuesta la vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega. Llegó pronto, había descansado el día anterior y la mañana se reunió con el anterior secretario de estado de comunicación, Miguel Barroso para preparar los extremos de la entrevista. ¿Moraleda? De momento no se entera.
El escarmiento de la cumbre de Barcelona y la cantada del micrófono, llevó a Zapatero a tener un cuidado especial y a no hablar de nada comprometido, ya que no sabía si podía estar siendo escuchado.
A Gloria Lomana felicitarla el papelón que resolvió ayer, que hoy está siendo aplaudido la profesión, a Zapatero recordarle que los de Gomaespuma, Herrera, Losantos… le quieren entrevistar y a Antena 3, enhorabuena la exclusiva.
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