Son muchos los belenes expuestos en la capital durante estos días. Madrid es una ciudad con una arraigada tradición belenística y prueba de ello es la amplia ruta que se puede hacer a través de este arte centenario toda la ciudad.
Comenzamos nuestro recorrido en el Palacio Real, donde, cada año se expone el ya conocido Belén del Príncipe, traido de Nápoles el rey Carlos III para sus hijos, el futuro Carlos IV y el infante Don Gabriel. Este Belén, perteneciente al Patronio Nacional, constituye la pieza fija de la exposición. Llegó a contar con miles de figuras de extraordinaria calidad, aunque actualmente se conservan sólo 89.
Igual de tradicional es el belen del monasterio de Las Descalzas Reales, abierto al público desde el 12 de diciembre, al igual que el del monasterio de La Encarnación y el de Santa Isabel.
Sin embargo, la novedad que ofrece la ciudad de Madrid este año es el gran belén de Azca, el más grande de Europa. Se compone de un total de 1.200 figuras distribuidas en 42 escenas diferentes que, con todo lujo de detalles, hacen van desde la Anunciación a María y el Naciento, hasta la Huida a Egipto. Se encuentra ocupando una superficie de 300 metros cuadrados bajo una carpa instalada para ello. El precio de la entrada es de 3 euros y se podrá visitar durante todas las navidades.
Otros nacientos que hay que tener en cuenta son el de la Comunidad de Madrid, en la Real Casa de Correos, el del Museo San Isidro, en la plaza de San Andrés, el de la Junta Municipal de Retiro y el de los Corte Inglés de Serrano, Princesa y Xanadú. Todos ellos montados la Asociación de Belenistas de Madrid.
Por últo, es una cita obligada para pequeños y mayores, el Naciento del Hospital San Rafael, situado en Concha Espina, que, y su presionante montaje de luces y agua.
