Madrid despidió ayer a los participantes españoles del LisboaDakar entre los que destacó la presencia del bicampeón del mundo de rallies, Carlos Sainz, que participa prera vez en la prueba más dura de la historia del automovilismo.
La delegación española, compuesta un centenar de participantes, partió de la explanada del estadio Santiago Bernabeu con destino Lisboa, para recibir en la capital tuguesa el pistoletazo de salida que se dará, como siempre, el próxo día 31 de diciembre.
Una multitud de personas se agolpaban en los alrededores de la Castellana para seguir de cerca el evento. Coches, motos y camiones desfilaron la plataforma instalada frente al coliseo madridista. Desde allí, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón deseó suerte a los participantes de la prueba y les dio la salida con una gran bandera de España.
Destacó presionante despliegue de medios de Comunicación, entre los que destacó la presencia de TVE que era una de las organizadoras del acto.
Los que finalmente crucen la meta en Dakar el próxo 16 de enero, contarán a sus espaldas con 9.043 kilómetros más. 240 motos, 187 coches y 80 camiones procedentes de 40 países diferentes son los participantes esta 26 edición. Pero a estos 507 hay que sumar los más de 200 coches que realizan tareas de asistencia a lo largo de todo el recorrido.
Lo nuevo en esta edición
Como novedades de este año, la elinación de una de las etapas, lo que los más de nueve mil kilómetros tendrán que hacerse en 15 jornadas y que 4.813 kilómetros serán cronometrados mientras que 4.230 serán de enlace.
El recorrido supone atravesar siete países. Los pilotos pasarán Portugal, España, Marruecos, Mauritania, Malí, Guinea y Senegal, lo que plica tener que conducir toda clase de terrenos, desde zonas desérticas hasta rocosas para llegar la conocido como Lago Rosa.
La seguridad será uno de los puntos fuertes de este año. Por ello se ha estipulado que las motos no podrán superar los 150km/hora y con respecto a los vehículos de asistencia, el límite estará en 130 km/hora. Para los camiones esa velocidad se verá reducida a 110km/hora. Todo estarán controlados mediante radares situados en los poblados y que serán inflexibles tanto con la organización como con la prensa. Además los pilotos no podrán conocer de antemano las desviaciones con respecto al eje central, lo que el GPS sólo indicará el rumbo.
