La enfermedad tromboembólica venosa (ETV) consiste en la coagulación (trombosis) de la sangre en el interior de las venas, y puede manifestarse clínicamente en forma de trombosis venosa profunda (lo que habitualmente ocurre en las piernas, produciendo dolor o hinchazón) o como una embolia pulmonar, causando entonces dolor torácico o insuficiencia respiratoria, que en ocasiones puede llegar a ser mortal.
Aunque algunas veces la ETV aparece en personas sanas hasta ese momento, “en más de la mitad de los casos se presenta en pacientes con alguna enfermedad previa (neoplasia, infecciones…), encamados, recién operados o bien que están tomando algún fármaco que predispone a la trombosis (como es el caso de los anticonceptivos). Por lo tanto, no existe especialidad médica o quirúrgica que se vea libre de riesgo de aparición de una ETV”, afirma Manuel Monreal, Jefe de Servicio del Departamento de Medicina Interna del Hospital Can Ruti (Badalona) y Presidente del Grupo de Tromboembolismo de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que ha coordinado el curso Programa Educacional de la ETV Especialidad, apoyado GlaxoSmithKline (GSK) en Madrid.
Ante esta realidad, “la ETV debería abordarse desde una doble intervención”, en opinión del Dr. Monreal. “Por un lado, sería necesario incidir en los médicos que habitualmente diagnostican y tratan esta enfermedad, como es el caso de los internistas, neumólogos, hematólogos, cirujanos vasculares, médicos de urgencias o de cuidados intensivos”. “En estos casos son extremadamente útiles las herramientas que permiten compartir la información entre los diversos especialistas, para conseguir una visión global de la enfermedad”, añade el Presidente del Grupo de Tromboembolismo de la SEMI.
Por otra parte, habría que hacer llegar a aquellos médicos que sólo ocasionalmente tratan casos de ETV una información diferenciada. El Dr. Monreal lo explica de la siguiente forma: “lo que debe saber un ginecólogo sobre ETV no es lo mismo que lo que debería conocer un oncólogo o un traumatólogo, ejemplo”.
Personas en situación de riesgo
El hecho de abordar conjuntamente la ETV evitaría variaciones o diferencias en el tratamiento que se prescribe a los afectados esta patología, lo que ocurre en algunas ocasiones. “Compartiendo la información entre todos los especialistas se podría consensuar fácilmente la mejor manera de aplicar la terapia”, opina este experto.
Respecto al tratamiento farmacológico, el avance más destacado es “la aparición de fondaparinux, un anticoagulante que ha demostrado una mayor eficacia en la prevención de la ETV, sobre todo en aquellos pacientes que han sido intervenidos de cirugía ortopédica mayor”, pone de relieve el Dr. Monreal.
Pero no sólo este tipo de pacientes se podrían beneficiar de un tratamiento eficaz, puesto que también en otros grupos de riesgo se han obtenido buenos resultados, como ocurre con los pacientes encamados (aunque sea solamente durante unos días), los recién operados, los pacientes con cáncer y los que toman estrógenos. En todos estos casos una buena profilaxis reduce a menos de la mitad el riesgo de padecer ETV.
