LA PAZ (09/02/06) Dirigir un país no es nada fácil y así lo está comprobando Evo Morales, cuya gestión debe enfrentar las preras “presiones” del mismo sector que respaldó su camino a la Presidencia. El dirigente indígena Felipe Quispe fue claro: Morales cuenta con 90 días para cumplir sus promesas electorales o lo echarán del poder.
Así lo declaró el líder de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTB) a Americaeconomica.com, y su advertencia es creíble, pues junto a Morales lideró las protestas y bloqueos que forzaron la renuncia de Sánchez de Lozada y de Carlos Mesa. “Evo podría pasar de ser bloqueador de presidentes a presidente bloqueado”, ha asegurado el líder indígena que, no obstante, ha dicho sentirse satisfecho que un hermano indígena esté al frente de la Presidencia de Bolivia.
Además, también aplaude las preras iniciativas del nuevo Gobierno que está agilizando los trámites para la instalación de la Asamblea Constituyente. Una cita, en la que la CSUTCB y el Moviento Indígena Pachakuti (MIP), que también lidera Felipe Quispe, van a presentar un plan con 10 puntos claves para la nueva definición del país. Entre ellos, destaca el planteamiento de justicia comunitaria en Bolivia y nuevos planes generalizados de educación.
El ultátum planteado Quispe ha tenido una buena acogida entre otras organizaciones sociales, como la Central Obrera Boliviana (COB), aunque posiblemente opten dar un voto de confianza a la administración de Morales y ampliar ese plazo hasta el 31 de mayo.
Si Morales llega a no cumplir con su parte del trato, se podría convertir en el “cazador cazado”…