BUENOS AIRES (07/03/06) Hoy el diario argentino amaneció lleno de elogios a quien hasta ahora ha ejercido el caro de subdirector de La Nación y que lleva medio siglo trabajando en la redacción del clásico diario trasandino. Entre un largo aplauso y lágras, José Claudio Escribano abandona el rotativo.
Según indica el mismo diario, toda la redacción permaneció de pie para despedir a Escribano, que en torno a las 20 horas de ayer terminaba su últo día como subdirector del diario. En ese momento, le dijo a su mujer, Rita Viglierchio: “Vamos, que la edición no se puede demorar”.
No obstante, Escribano (68 años), a quien apodan “El Hombre”, seguirá vinculado con el diario como miembro del directorio de Sociedad Anóna de La Nación.
Además de su esposa y de sus hijos, y de su secretaria de toda la vida, Ana María Layas, lo acompañaron en el sencillo acto celebrado en la redacción el presidente de la SA LA NACION, Julio Saguier; el director del diario, Bartolomé Mitre; el secretario general de Redacción, Héctor D´Amico; la prosecretaria general, Ana D´Onofrio, y sus amigos y colaboradores de este diario Félix Luna, Mariano Grondona, Natalio Botana, José Ignacio López, Guillermo Ja Etcheverry y Rafael Saralegui, entre otros. En total, unas 300 personas.
Escribano, agradeció el homenaje. “Queda una gran conducción, un gran equipo de editores y redactores, que pueden estar muy orgullosos: están haciendo el mejor diario que se haya hecho desde que yo llegué a La Nación, hace 50 años.”
Escribano, que llegó a La Nación con 18 años, cuando estudiaba Derecho. Desde entonces se ha desempeñado como cronista, jefe de la sección Política y Parlamentarias, corresponsal en América Latina, editorialista, columnista político, secretario general de Redacción y subdirector, estaba claro que podía aplicársele a él, mejor que a nadie, la frase que tantas veces usó como aliento al hablar con cronistas jóvenes de buena madera: “Usted no tiene techo”.
