Trabajo es TODO, no sólo el que está PAGADO

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Siete de la mañana, suena el despertador y empieza la jornada de trabajo para inmensa mayoría de las mujeres de este país. No hablamos de Preysler ni de las hermanas Koplovich, sino los millones de mujeres reales que trabajan desde que se levantan hasta que se acuestan durante los 365 días de año.

Siete de la mañana, suena el despertador y empieza la jornada de trabajo para inmensa mayoría de las mujeres de este país. No hablamos de Preysler ni de las hermanas Koplovich, sino los millones de mujeres reales que trabajan desde que se levantan hasta que se acuestan durante los 365 días de año.

 

Por todas ellas y la tantísa labor que desempeñan en la vida madrileña, española y del resto de países hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, se lo merecen.

 

Dicen que tienen que incorarse al mundo laboral pero en el mundo laboral están incoradas desde el comienzo de los tiempos. ¿Qué sólo es trabajo el lugar en el que se ficha a las nueve de la mañana y se abandona a las siete de la tarde? ¿Acaso no es trabajo el sacar adelante día a día una casa? Tal vez, como no está remunerado, muchos retrógradas, que desgracia todavía existen en nuestro país, que no conocen el significado de la palabra sacrificio, dicen que las mujeres se quejan de vicio cuando alegan estar cansadas que, “¿Tú de qué te quejas si estás todo el día en casa mientras yo traigo el dinero para que tengas qué llevarte a la boca?” Triste pero cierto.

 

Quién dice eso, acaba su jornada de laboral a las seis, siete u ocho de la tarde, llega a su casa, tiene la cena hecha, la cocina recogida y se puede tumbar a la “bartola” en el sofá a ver el partido de fútbol de turno. La verdad es que esto está cambiando, pero no a la velocidad que debiera. Son varios los que actúan así cuando, en pleno siglo XXI en que nos encontramos, no debiera quedar ninguno.

 

La mujer actual se va incorando al mundo laboral, un verdadero logro de la sociedad en que vivos. Sin embargo, ¿Cuántas son las que llegan a casa tras el largo día de trabajo y tienen que hacerse cargo de lo que no han podido hacer antes? Recoger, hacer las camas, la cena, planchar y un largo etc que es lo que nos permite vivir civilizadamente. Y muchos dirán eso de “no es para tanto, si están acostumbradas, si es lo que tiene que hacer, si…” Fundamental es, llegados a este punto, concienciar a la sociedad de la IGUALDAD entre hombres y mujeres, de arrar el hombro a medias en casa, de saber que una camisa no se dobla sola, que la compra no aparece arte de magia en la despensa. Igualdad es eso, igualdad, no sólo en la incoración a un lugar de trabajo sino igualdad en la vida cotidiana que también es el lugar de trabajo.

 

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