Durante años, muchos años, la estación de Atocha fue para todos los nacidos al sur de Despeñaperros la “Puerta de los sueños”, que los andaluces que un día se decidían a “conquistar el mundo” (huyendo de la miseria o buscando la gloria y la fama) al final entraban en Madrid aquella vieja y destartalada estación siempre llena de humos. Desde Córdoba a Madrid se tardaba casi un día entero, el “Correo” salía de la Capital de la Mezquita sobre las once de la noche y no llegaba a Atocha hasta el atardecer del día siguiente (¡y ahora el AVE hace el mismo trayecto en hora y media! ¡Así es la vida moderna! ¡Así ha cambiado España!)
Pero, hoy Atocha es otra cosa, Atocha es el recuerdo de aquel atentado crinal que sembró de muerte sus vías y sus andenes. Porque el 11 de marzo de 2004 será para siempre un día de luto y malos recuerdos, el día que murió la esperanza y acabó con los sueños de todo un país. Aquellos andaluces de Málaga, de Sevilla, de Granada, de Córdoba, de Cádiz, de Jaén… que llegaban a Madrid con sus maletas de madera y se adentraban en el amplíso Paseo del Prado llenos de ilusión hoy lo harán con el dolor en sus almas. Atocha ya no es sólo el recuerdo de aquel prer viaje y la alegría de ¡estar en Madrid!… Atocha es y será más estos días el llanto de las víctas del terrorismo y la rabia de la potencia.
Históricos:
