BOGOTÁ (22/03/06) Como un reflejo de la penosa situación que viven los periodistas en Colombia y tras una larga convalecencia, falleció en la Clínica Salucoop de Medellín el periodista Gustavo Rojas Gabalo, vícta de un atentado perpetrado sicarios el pasado 4 de febrero en Montería, capital de Córdoba.
“El Gaba”, como se le conocía en el medio radial de la región, tenía 56 años y nueve hijos y nunca logró recuperarse de las graves heridas sufridas en el violento atentado del que fue objeto. Si bien el 12 marzo pasado había sido dado de alta, tan sólo cinco días después debió ser ingresado nuevamente en el centro médico, para ser trasladado posteriormente en estado grave a Medellín, donde falleció.
Según informa la Fundación la Libertad de Prensa (FLIP), el comandante de la Policía de Montería, Coronel Jae Orlado Velasco, le había informado a la ONG que continuaban las pesquisas para dilucidar quién estaba detrás del atentado y que, el precario estado de salud del comunicador, no fue posible tomarle declaración.
Los hechos ocurrieron el 4 de febrero de 2006, cuando el periodista ingresaba a un supermercado de la ciudad, donde fue abordado un hombre que se le acercó y le propinó dos disparos: uno en la cabeza y otro en la clavícula. El delincuente se dio a la fuga en una motocicleta con otro desconocido que lo esperaba cerca del lugar.
Rojas regresaba de cubrir las ferias y fiestas de un municipio cercano a Montería para la emisora Radio Panzenú. Minutos antes del atentado, según relataron varios colegas, El Gaba se vio involucrado en un leve accidente de tránsito, donde cruzó insultos con otro conductor. No obstante, las autoridades le han restado valor a la hipótesis de investigación que vincula este hecho con el ataque al comunicador y se ha privilegiado la posibilidad de que esté relacionado con las denuncias de corrupción que Rojas Gabalo hizo a través de su espacio radial.
Su programa, “El Show del Gaba”, llevaba 25 años al aire y combinaba música y comentarios, con algunas críticas a las administraciones locales y a la clase política de Córdoba.