La psoriasis, una enfermedad crónica, altamente incapacitante y de elevado coste.
Más de 100 euros al mes, dependiendo de la cantidad de los productos y de la calidad de los mismos. Los pacientes de psoriasis no sólo se enfrentan a una enfermedad crónica y altamente incapacitante en algunos casos sino que además deben afrontar periódicamente los gastos económicos de champús, cremas y otros elementos cosméticos para el cuidado de la piel. Un “kit” completo de estos productos supera los 100 euros, una factura que costean ellos mismos y a la que hay añadir otros gastos derivados de las ausencias puntuales en el trabajo o las visitas y desplazamientos a la consulta del dermatólogo.
Los problemas que genera la psoriasis, los que se ven (como las placas rojoescamosas en la piel) y los que no se captan a sple vista (el daño psicológico, el posible daño articular y el sacrificio económico), han sido tratados hoy en un Coloquio de Pacientes de Psoriasis, un acto incluido en el programa del Congreso Nacional de Dermatología y Veneorología que tiene lugar estos días en Madrid. Los pacientes, representados la asociación Acción Psoriasis, acompañados de un grupo de especialistas han tomado la palabra en este sposio para analizar desde cuánto cuesta padecer psoriasis hasta la tancia de la ayuda psicológica y el futuro del nuevo arsenal de tratamientos biológicos.
Además del sufriento del bolsillo, casi siempre olvidado y al que estos pacientes tienen que hacer frente toda su vida, para la presidenta de Acción Psoriasis, Juana María del Molino, es muy tante que estas asociaciones sirvan de vehículo, un lado, para ayudar a los pacientes y a sus familias “a asumir la enfermedad” y, otro, para explicar “sus consecuencias”. Unas consecuencias económicas, pero también “físicas y psicológicas”, tal y como reconocen tanto la presidenta de Acción Psoriasis como el doctor José Manuel Hernanz, moderador de este coloquio y jefe de la Unidad de Psoriasis del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. “Es una patología crónica, cuyas lesiones físicas son muy incómodas para la persona. Es fundamental que el afectado no le dé más tancia de la que tiene”, comenta. “Sin embargo, es cierto –añade que se modifican ciertos hábitos de vida a la hora de hacer de dete o comprar ropa temor a mostrar la enfermedad, de ahí la necesidad de prestar ayuda psicológica a la persona”.
Más de un millón de personas
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel, crónica, de base genética y no contagiosa. La edad media de diagnóstico está en los 30 años, la patología se caracteriza la presencia de placas rojoescamosas en forma de brotes, tiene un curso predecible y afecta al 2% de la población, es decir, en torno a un millón de personas en España. De ellos, entre el 15 y el 20% padece psoriasis moderada o grave.
Gracias a estos datos y al trabajo de asociaciones como Acción Psoriasis, la sociedad va poco a poco tomando conciencia de esta enfermedad y de la cantidad de personas que se ven afectadas, y aunque estos aspectos son sustanciales, el doctor Hernanz cree que “lo más tante son los nuevos frentes que se han abierto para el tratamiento de la psoriasis”. “El nuevo arsenal de terapias biológicas nos ha permitido empezar a tratar la psoriasis de forma eficaz”, explica.
Según Hernanz, los fármacos biológicos, como etanercept, hechos a base de proteínas humanas, han permitido, un lado, “abordar el tratamiento de los brotes de psoriasis de forma efectiva” y lograr blanquear la piel en un espacio corto de tiempo y, otro, “ejercer un control de la enfermedad más sostenido en el tiempo”. “A pesar del miedo inicial a unos medicamentos nuevos, lo cierto es que estas terapias se han probado seguras y con unos centajes muy buenos de recuperación en los pacientes”, comenta.
Para José Manuel Hernanz los tratamientos biológicos “son el futuro en el tratamiento de las enfermedades inflamatorias”, y espera que “sean cada vez más accesibles para todos los pacientes”. Desde Acción Psoriasis también se lucha lograr una mayor prescripción de estos nuevos medicamentos, ya que consideran que hay otras enfermedades con tratamientos muy caros que políticamente están bien vistos.
