En las últas semanas, todas las miradas están puestas en las Islas Canarias que no dejan de recibir cayuco tras cayuco a los asustados y pobres inmigrantes subsaharianos. Sin embargo, ¿qué ocurre con estas personas que no tienen papeles, a los que no se les puede devolver a su país de origen que no se conoce su procedencia y que, supuesto, en las Islas no se pueden quedar? De momento están quedando cientos de plazas hoteleras desocupadas. Muchos de ellos, acaban, como no, en Madrid. De hecho, hasta la fecha el Gobierno ha “soltado” a 900 de estas personas las calles de la Capital.
Se trata de una situación insostenible parte de cualquier gobierno regional. Desde la Comunidad de Madrid se asegura que este creciento de golpe de la población afecta a las administraciones públicas que se ven desbordadas en detrento de los ciudadanos madrileños que se ven afectados a la hora de acudir a un hospital, a hacer algún tipo de trámite, a usar los servicios que están pagados y densionados, y lo mejor que funcionan.
Por ello, fuentes del gobierno regional han denunciado esta situación así como la falta de ataciones económicas parte del Gobierno de José Luís RodríguezZapatero para poder hacer frente a esta crisis. Por otro lado, la postura del gobierno parece responder, una vez más, a la campaña de asfixia emprendida contra la Comunidad que preside Esperanza Aguirre, más aún cuando las elecciones autonómicas se encuentran a la vuelta de la esquina.
En este sentido, resulta significativo que otras regiones españolas hayan recibido menos de cien inmigrantes frente a los 900 que ha tenido que acoger Madrid. Regiones que, casualmente, son gobernadas el Partido Socialista.
Como consecuencia de esta situación, Madrid se encuentra en un momento muy delicado, ya que ve desbordados sus servicios públicos y no cuenta con el dinero suficiente para hacer frente a esta crisis ya que, una vez más, desde Moncloa se le ha negado a Aguirre la ayuda económica. En consecuencia, serán los madrileños los que paguen con su paciencia y su bolsillo el conflicto generado la política de inmigración del Gobierno de Zapatero. Y, aunque la jugada sea maestra, que su regularización supondrá más votos para Zapatero, llama la atención que la política de hoy afectará a nuestros nietos como a ZP le afectó, y mucho, la muerte de su abuelo.
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