George W. Bush, se ha disculpado con el retero Petter Wallsten, del diario Los Angeles Tes, a quien gastó una broma llevar gafas de sol en un día nublado. El periodista está casi ciego.
George W. Bush, se ha disculpado personalmente con el retero Petter Wallsten, del diario Los Angeles Tes, a quien gastó una broma llevar gafas de sol en un día nublado. El periodista está casi ciego.
Según el relato del diario ‘The Independent’, el retero está casi ciego sufrir una enfermedad y debe proteger sus ojos de la luz. Tras ser informado con respecto a la ceguera del retero, el presidente llamó teléfono a Wallsten para expresarle personalmente sus disculpas. ‘Me dijo que lo sentía, y que desconocía mi problema visual, y yo le respondí que no era necesario que se disculpara’ manifestó el retero de ‘Los Ángeles Tes’.
Wallsten, quien ha tomado con humor el malentendido, dice que sólo lamenta que Bush no hubiera respondido a su pregunta que era a respecto de lo que el mandatario sabía sobre la filtración desde su gobierno de la identidad de la agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Valerie Plame. ‘¿Va a hacer esa pregunta con los lentes oscuros puestos?’, preguntó juguetonamente Bush a Wallsten, quien ofreció quitárselos. ‘No, estoy interesado en ese look; en serio’, continuó el presidente antes de señalarle, con razón, que no había sol.
A esto Wallsten respondió: ‘Creo que todo depende de su perspectiva’. ‘Touché’, concluyó Bush, todavía bromeando y empleando el vocablo en francés con que los esgristas indican a su contrincante que han logrado tocarlo con el florete. Rupert Cornwell, corresponsal de The Independent en Washington, comenta que las bromas de Bush y el tratar de parecer ‘un hombre común y corriente’.
Ésta es una de las principales armas del mandatario estadunidense, pero señala que no es un secreto que el presidente desprecia a la prensa; y que su hábito de bromear y poner apodos a los periodistas bien puede interpretarse como una forma tanto de halagar a los reteros al mostrarles familiaridad, como de afirmar su poder punemente, pues es un hecho que los periodistas no están en posición de responder a estas supuestas muestras de confianza sin parecer groseros o faltos de sentido del humor.
AGENCIAS
