La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) ha cumplido diez años de labor y su director, Carlos Cortés Castillo, ha dialogado con PRLatam sobre la actitud de algunos gobiernos que estan que cuentan con una libertad de prensa consolidada que no hay periodistas en los cementerios, cerrando los ojos ante la proliferación de las amenazas y la autocensura. Cortés lo tiene claro: mientras amenazar o matar un periodista no plique ningún tipo de riesgo legal para quien lo hace, esta conducta va a continuar.
“La amenaza potencia la estigmatización contra las organizaciones, estigmatización que de alguna manera ha generado el propio gobierno. Creo que se necesita un mensaje muy contundente del presidente Uribe donde respalde nuestro trabajo. Pero no puede ser una sple declaración en medios. Tiene que ser una actitud sostenida”
¿Qué es lo que más enorgullece a la FLIP de estos diez años de vida?
En prer lugar, me enorgullece ser parte de ella. Llevo un poco menos de un año en el cargo, y me presiona ver la acogida que tiene nuestro trabajo en las regiones y la buena agen internacional que tenemos. La gente nos respeta y nos admira. Ahora, más que enorgullecerme, me alegra saber que muchos periodistas en medio de situaciones tan adversas tienen en la FLIP un pequeño alivio. No pretendemos sustituir al Estado ni podríamos hacerlo, pero en muchas ocasiones nos convertos en la única salida para un periodista amenazado, para un medio chantajeado un gobierno local o para un periodista en delicados problemas judiciales.
¿Alguna autocrítica?
Muchas. No me siento tranquilo cuando siento que la FLIP le genera a un periodista expectativas mayores de lo que puede cumplir. Tratamos de no hacerlo y medir nuestras posibilidades. Pero es muy duro entender que la FLIP no puede resolverle todos los problemas a esa persona, y que en un momento dado tiene que decirle, “hasta acá podemos ayudarlo”. Algunos periodistas no entienden nuestro papel y nuestros límites, y se molestan esta razón. Por otro lado, debemos mejorar nuestra presencia en las regiones y ser cada vez más rigurosos en la información que difundos. Los nuevos proyectos apuntan a ese objetivo.
El pasado 7 de junio el “Frente Democrático Colombia Libre” declaró a la FLIP y a otras organizaciones “objetivo militar” ¿Temen su seguridad?
No. La amenaza que recibos la recibieron lo menos 15 organizaciones más, y se suma a la que recibieron algunas universidades hace unas semanas. El lenguaje también es silar al video estigmatizador que recibió Hollman Morris hace unos meses. Hemos dialogado con otras organizaciones que recibieron el mensaje y consideramos que el problema no es tanto de rondas policiales o acompañamientos, como prometió el gobierno. La amenaza potencia la estigmatización contra las organizaciones, estigmatización que de alguna manera ha generado el propio gobierno. Creo que se necesita un mensaje muy contundente del presidente Uribe donde respalde nuestro trabajo. Pero no puede ser una sple declaración en medios. Tiene que ser una actitud sostenida. Lamentablemente, hasta donde sé, este mensaje nunca llegó.
“Más que ‘apagar incendios’, debe haber una verdadera política de prevención y protección a periodistas”
Colombia es uno de los países en que se registran más violaciones a la libertad de prensa ¿Por dónde hay que empezar para establecer garantías?
En esto somos reiterativos cuando hablamos con el gobierno. Más que “apagar incendios”, debe haber una verdadera política de prevención y protección a periodistas. Considero que el prer paso, que es además el más obvio, es el de la Fiscalía y los jueces. Mientras amenazar o matar un periodista sea “gratis”, es decir, que no plique ningún tipo de riesgo legal para quien lo hace, esta conducta va a continuar. En el 2003 la FLIP hizo una investigación sobre el tema, donde reveló que la punidad en amenazas a la libertad de prensa en Colombia es aterradora.
La libertad de información es crucial para el desarrollo democrático ¿Por qué la protección a los periodistas y el fin de la punidad de los delitos que los afecta ha estado siempre en un segundo plano para las autoridades?
Es difícil saber la razón. En ocasiones vemos voluntad pero falta de recursos, y en otros, la mayoría, vemos recursos físicos, legales, humanos, pero una enorme falta de voluntad. Los gobiernos de todos los países, además, manejan un discurso equivocado. Creen que si hay menos periodistas en los cementerios quiere decir que hay libertad de prensa. Pero no ven la densión del problema de la autocensura, y de la multiplicación del miedo frente a una amenaza o un asesinato.
¿Cómo sobreviven los medios cuando están sometidos a estas amenazas constantes y ante el miedo de que se hagan realidad? ¿Se insensibilizan?
Se autocensuran. Manejan agendas periodísticas superficiales o basada en comunicados de prensa, donde no hay investigación ni control político. Lo cierto es que la FLIP nunca sale a las regiones a reprocharle esto a los periodistas. Trabajamos cambiar estas condiciones, pero no podemos pedirle a alguien, de manera irresponsable, que salga a una zona como Arauca a hacerse matar. No queremos un sólo mártir más.
¿Confía en la voluntad del Presidente reelecto Álvaro Uribe de avanzar en estos temas?
Siempre confiamos en la voluntad de todos los gobiernos. Cada vez que nos llaman, estamos ahí para colaborar. Pero consideramos que si el gobierno comenzara tener una actitud más tolerante hacia la libertad de prensa, cambiarían muchos ambientes tensos en las regiones. De todas formas no queremos politizar el debate sobre la libertad de prensa. En el momento en que decos algo bueno que hizo el gobierno, algunos nos califican de gobiernistas, y si hacemos lo contrario, nos pasan a la oposición. La libertad de prensa es un derecho fundamental y una política de Estado, sin tar qué gobierno está de turno. Históricamente hay miles de ejemplos de gobiernos, tanto de derecha como de izquierda, que no han respetado este derecho.
¿Cuáles son los proyectos de futuro de la FLIP en los próxos años?
Tenemos varios objetivos. Para resumirlo, diría que queremos continuar con nuestras líneas de protección y prevención, pero mejorarlas. Acabamos de lanzar el sistema de información de la Red de Alerta y Protección al Periodista, RAP, que busca fortalecer nuestra presencia regional. También queremos meternos de lleno en la investigación y en el apoyo legal y judicial a periodistas y a los medios de comunicación, principalmente en las regiones.