Castro ha enviado un nuevo mensaje que en la tónica de los últos días, no aclara su real estado de salud. Adjuntamos también la conversación sostenida entre Chávez y Castro, difundida el tal Cubadebate.
Castro ha enviado un nuevo mensaje que en la tónica de los últos días, no aclara nada sobre su real estado de salud. Adjuntamos también la conversación sostenida entre Chávez y Castro, difundida el tal Cubadebate.
“Queridos compatriotas y amigos de Cuba y del resto del mundo:
Ya hoy día 13 he arribado a los 80 años de edad. Decir que la estabilidad objetiva ha mejorado considerablemente no es inventar una mentira. Afirmar que el período de recuperación durará poco y que no existe ya riesgo alguno, sería absolutamente incorrecto.
Les sugiero a todos ser optistas, y a la vez estar siempre listos para enfrentar cualquier noticia adversa.
Al pueblo de Cuba, infinita gratitud su cariñoso apoyo. El país marcha y seguirá marchando perfectamente bien.
A mis compañeros de lucha, eterna gloria resistir y vencer al perio, demostrando que un mundo mejor es posible.
Hoy, 13 de agosto, me siento muy feliz. A todos los que desearon mi salud, les prometo que lucharé ella”.
(Al final del papel, una nota manuscrita) “René, Antonio, Gerardo, Fernando, Ramón: ¡Venceremos la monstruosa injusticia! Fidel. 13 de agosto del 2006 12.39 a.m.”
Fidel esperó a Chávez en el lecho donde se recupera y compartió con él más de 3 horas de emotivo intercambio, anécdotas, risas, fotos, regalos, una frugal merienda y la alegría de una amistad entrañable. “Esta es la mejor de todas las visitas que he hecho en mi vida” diría el Presidente venezolano, quien admirado la capacidad de recuperación del Comandante exclamó: “¿Qué ser humano es este? ¿De qué material está hecho? Es, como dicen ustedes, de caguairán”.
Chávez le confesó a Fidel que, en aras de sorprenderle, llevaba una semana tratando de pintarle un retrato, pero finalmente desistió en la madrugada del 13, insatisfecho con sus trazos del perfil de la nariz del homenajeado, lo que prefirió, junto a la taza de la vajilla de Napoleón que atesoraba Bolívar y la daga de El Libertador, traerle un cuadro de José Antonio Quintero, pintor venezolano de las nuevas generaciones.
En compensación, Raúl obsequió al líder bolivariano un retrato de Fidel hecho en 1959 el afamado pintor mexicano David Alfaro Sequeiros, el cual estuvo durante algún tiempo en el despacho del Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Fue una tarde inolvidable, compartida entre hermanos de sangre y de causa, que trajo fuerzas y aliento nuevos al aguerrido Comandante de mil batallas empeñado en una nueva victoria la vida.
EXTRACTO DE LA NOTICIA PUBLICADA POR EL PORTAL CUBANET.CU
