SE LLEVA LA CAPA

Publicidad
Cargando…
Publicidad no disponible

Vuelve la capa, y la clase política calla en este septiembre veraniego. La capa ha provocado en nuestra historia grandes revueltas, y motines como el de Esquilache. Es probable que nuestra ministra de Sanidad, tan aficionada a recortar  el precio de los medicamentos como si fuera un Robin Hood contra los laboratorios no se atreva con las capas, no provocar al pueblo, que en esto es soberano. En la pastilla no. En el fármaco te puedes encontrar con que le pides al camarero de tu restaurante un álmax y no te lo da ni de contrabando. Los laboratorios están que trinan, y con razón, que su beneficio es parte de lo que invierten en investigar, y si no descubren nada nuevo ocurrirá como dice un amigo: se adelanta mucho en remedios contra la potencia sexual, y así en unos años tendremos grandes prestaciones amatorias pero no sabremos para qué sirven. Así están las cosas, y espero con ansiedad  a aquel que decía “así se las hemos contado”.

 

Lo de la capa es una moda que puede adoptar la derecha, después de abandonar el abrigo loden en el fondo sur del armario. Siempre fue un signo de distinción de la aristocracia del apellido o de la  inteligencia. Los últos defensores de la prenda fueron Senillosa y Savater, dos zorros de la ironía y el verbo. Un Rajoy con capa sería más presidente todavía, y seguro que se creía mucho más el papel que ahora. A Zaplana y a Acebes, sin embargo, no les va, salvo que añadan al vuelo de la seda negra un antifaz, como de hombres nocturnos y de negocios alternativos. De la izquierda no hablamos, que ahora con la tele que va a poner el Psoe, los pases los va a supervisar Pepiño, al que no le gustan nada los hombres capados. La capa es ambigua, lo cual no significa que sea asexuada, y con sombrero es posible distinguir si lo que va dentro es caza de pelo o presa de pluma. La capa se la ponían las hembras que paseaban la mansión de la orgía en “Eyes wide shut” de Kubrick, y a Tom Cruise y a mi nos parecía que estaban como quesos de buenas. 

 

Leo que la tele esa del Pesoe la va a inaugurar Barceló, de nombre de pila Ángeles. La chica decía este fin de semana que cuando el 11S estuvo trabajando hasta las once. Ya no se acuerda de que a las 15.20 de la tarde pusieron en Tele5 “Al salir de clase”, más que nada mantener la normalidad y no asustar al personal. Confesaba en “La Gaceta” que al llegar a casa abrió una botella de buen vino y sacó de la nevera su mejor queso, supongo que para celebrar el aconteciento, y tener algún pensamiento profundo sobre la vanidad de la vida.

 

 

Artículos anteriores:

 

 

 

Publicidad
Cargando…
Publicidad no disponible
Publicidad
Cargando…
Publicidad no disponible
Salir de la versión móvil