Madrid se está empezando a convertir en la úlcera sangrante del Partido Socialista, y es que apenas faltan 8 meses para las elecciones municipales y autonómicas y al PSM le bailan los candidatos. El secretario regional de los socialistas, Rafael Sancas, no ha sabido en estos cuatro años crear un partido sólido y unido, sino todo lo contrario, ha conseguido debilitar los cientos del PSM y generar el descontento e indignación entre los que tanto han trabajado el partido en Madrid.
Madrid se está empezando a convertir en la úlcera sangrante del Partido Socialista, y es que apenas faltan 8 meses para las elecciones municipales y autonómicas y al PSM le bailan los candidatos. El secretario regional de los socialistas, Rafael Sancas, no ha sabido en estos cuatro años crear un partido sólido y unido, sino todo lo contrario, ha conseguido debilitar los cientos del PSM y generar el descontento e indignación entre los que tanto han trabajado el partido en Madrid.
Menos que un embarazo queda para las municipales y el Ayuntamiento sigue sin candidato. En Moncloa no dicen cuál va a ser su baza en la Capital, no que no quieran o que busquen la sorpresa, sino que no la tienen. El presidente José Luís Rodríguez Zapatero se devana los sesos encontrar un perfil que encaje en uno de los campos de batalla más complicados del territorio nacional, pero no hay manera. Las expectativas superaron las posibilidades, Bono y González son nombres de peso y gran solvencia en el panorama político español, y una vez descartados, ahora es prácticamente posible encontrar otro candidato que de la talla. En este caso se puede decir que la avaricia ha roto el saco. Ni siquiera Amparo Moraleda, gran amiga personal de Zapatero ha querido torear en esta plaza y renunciar a la presidencia de IBM un sillón en la Oposición.
Pero no sólo la avaricia, también la cabezonería del Presidente, que ha decidido sus ‘cejas’ que Sancas tiene que ser presidente de la Comunidad, pese a que ni el propio PSM le apoya y las encuestas dan la mayoría absoluta a Esperanza Aguirre, que llega a las urnas con los deberes más que acabados y ocho hospitales bajo el brazo.
El partido se le escapa a Sancas de las manos y en sus municipios andan a la gresca. La política del ‘que sí’ no se acepta en las filas socialistas madrileñas, un partido que tradicionalmente ha llevado a gala su sentido de la democracia interna, y ya son varios los militantes que han hecho público su enfado ante la prohibición de las elecciones prarias en municipios como Leganés, que también se queda sin candidato al igual que Pinto y como no Madrid.
Tarde está reaccionando el PSM que va a llegar a las municipales sin haber podido dar a conocer sus productos, ¿y como se vende una cara que no se conoce? Pues muy sencillo, directamente no se vende. En el PSM, donde continúan teniendo un gran peso político los Leguinistas, los renovadores, y como no los Guerristas, están a la espera de un candidato que pueda contentar a todos. Increíble pero cierto, en las filas socialistas de Madrid, en las que todavía militan los socialistas de siempre, están perplejos que la democracia del Partido sea repartida desde Moncloa y Ferraz y no desde la militancia.
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