El mundo musulmán se rasga la chilaba. El últo pretexto para este teatro de propaganda no es una nueva caricatura de su profeta. Han salido a la calle en busca de la prera cámara de televisión para protestar una reflexión del papa Benedicto XVI en Ratisbona. ¿Qué ha dicho Ratzinger? He aquí: “Dios no goza con la sangre; no actuar según la razón es lo contrario a la naturaleza de Dios. La fe es fruto del alma, no del cuerpo. Por lo tanto, quien quiere llevar a otra persona a la fe necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente y no recurrir a la violencia ni a las amenazas. Para convencer a un alma razonable no hay que recurrir ni a los músculos ni a instrumentos para golpear, ni de ningún otro medio con el que se pueda amenazar a una persona de muerte”.
El Papa citó al emperador bizantino Manuele II Paleologo que en un diálogo dice que Mahoma sólo ha atado cosas malas y deshumanas. Citar no es hacer nuestro. Y este matiz es el que ha incendiado a las huestes del Islam. El tema del discurso era la religión y la violencia. Si el Islam quiere pretextos para alentar su victismo y recibir la pomada de la “alianza de civilizaciones” nos puede regalar con una semana de algaradas y amenazas, lo que otorgaría la razón al bizantino. De lo contrario puede hacer algo muy medieval: buscar la tumba de Manuele, arrancar sus restos de la tierra y quemar su polvo para que pague con el fuego terreno su opinión de entonces.
Contemplamos con estu cómo algunos medios, columnistas de quinta, y la hueste de lo correcto se arrugan de nuevo ante la algarada. Un panfleto digital cercano al Psoe decía ayer que el Papa había pedido perdón. El ministro Moratinos, que utiliza esos medios como vía de información añadía que el Papa había hecho bien en arrepentirse. Ni ha pedido perdón ni se ha arrepentido, que cualquier documentado que lea su discurso en Ratisbona sabe que rechaza la violencia santa y aboga el entendiento. La alianza entre el mundo musulmán integrista y nuestro socialismo patrio ha encontrado su piedra de toque. No ponerse al lado del Papa como ha hecho Merkel es conceder permiso de guerra santa al energúmeno que ayer, en un informativo de Antena 3, decía que el objetivo de los fieles de Mahoma es conquistar Roma, o admitir que el beatífico Irán tiene derecho a llenar sus arsenales con el arma nuclear.
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