El discurso que Benedicto XVI pronunció en la Universidad de Ratisbona el miércoles pasado ha supuesto el prer quebradero de cabeza para Federico Lombarda, sucesor de Navarro – Vals al frente de la oficina de prensa de El Vaticano. A pesar de las excusas públicas que el Pontífice presentó durante el rezo del Ángelus de ayer a los allí presentes, las reacciones contra el polémico texto no han tardado en producirse: desde Estados Unidos hasta Malasia, la comunidad islámica ha mostrado su malestar ante unas afirmaciones con las que intentaba resolver el eterno debate fe – razón.
‘En el conjunto de la universidad era una convicción indiscutida el hecho de que incluso frente a un escepticismo así de radical seguía siendo necesario y razonable interrogarse sobre Dios medio de la razón y en el contexto de la tradición de la fe cristiana’. Este es el epicentro del discurso que pronunció Benedicto XVI el miércoles pasado en la universidad de Ratisbona, el mismo escrito que ha causado la indignación de los más de 1500 millones de musulmanes que habitan en la tierra.
Aludiendo al diálogo que el docto emperador bizantino Manuel II Paleólogo tal vez durante el invierno del 1391 en Ankara mantuvo con un persa culto sobre el cristianismo y el Islam, recordó las razones las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es algo irracional, puesto que Dios ‘no goza con la sangre’, y no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios.
‘Muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir medio de la espada la fe que él predicaba’. Este fragmento se ha erigido como el epicentro de las críticas de los principales líderes musulmanes a su homólogo cristiano, una frase con la que el Emperador bizantino hacía referencia al tema de la yihad (guerra santa), presumiblemente siendo consciente de que en la sura 2, 256 está escrito: ‘Ninguna constricción en las cosas de la fe’, una sura del periodo inicial en el que Mahoma aún no tenía poder y estaba amenazado.
Sin embargo, los principales líderes musulmanes han exigido una rectificación parte del Sumo Pontífice, hecho que se produjo en la jornada de ayer durante el rezo del Ángelus en la residencia veraniega de Benedicto XVI, Castelgandolfo. Durante su alocución, el mandatario de la Iglesia Católica reforzaba con su prera aparición en público desde el incidente las disculpas pedidas en su nombre el Secretario de Estado de El Vaticano, Tarcisio Bertone, quien expresó que el Papa ‘lamentaba vivamente’ que sus alocuciones ‘hubieran podido resultar ofensivas a la sensibilidad de los creyentes musulmanes’.
‘Estoy vivamente compungido las reacciones que ha suscitado un breve pasaje de mi discurso en la Universidad de Ratisbona, considerado ofensivo la sensibilidad de los creyentes musulmanes y en el que citaba un texto medievales que en modo alguno refleja mi pensamiento’, son las palabras que dedicó ayer Benedicto XVI a la polémica, unas palabras que no han gozado del perdón de la totalidad de la comunidad musulmana: algunos de sus miembros consideran que estas disculpas ‘no son suficientes’. Por el momento, el ‘malentendido’ se ha cobrado una vícta mortal: una monja católica italiana fue asesinada en Somalia.
Por otro lado, la Conferencia Episcopal Española ha convocado una rueda de prensa hoya las 13,30 horas para aclarar el verdadero sentido del discurso del Papa Benedicto XVI.
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