El tema es grave. Ayer andando el barrio de Chamberí Manolo, un hombre de unos sesenta años, con su brick de vino peleón y sus cartones que siempre llevaba a cuestas había desaparecido. En su esquina de toda la vida, la que había sustituido su hogar, después de quedarse sin trabajo, arruinado y con la bebida como único amigo de penas, estaba ocupada tres subsaharianos, tres hombres de piel de pantera y mirada perdida.
Sigo andando la zona… Luchana, Fuencarral, San Bernardo… y cada vez más rostros negros de ojos tristes pasando el rato bajo la lluvia, ¡como si no hubieran visto agua suficiente entre Senegal y las Canarias! Llegan a Madrid, la tierra prometida, y en vez de maná encuentran kilómetros y kilómetros de gris asfalto rodeados de edificios tan grises como su estado de áno. ¡Papeles para todos! Y el único papel que han recibido es la pequeña cartulina rectangular del billete sencillo de Metro y la servilleta que envuelve el bocadillo que les facilita el Ministerio de Interior al soltarlos a su suerte en Madrid.
Llegan miles a la Capital para vagar las calles de una ciudad que no se para ni un segundo a observar la realidad que le rodea. No hay trabajo que no hay papeles y no hay papeles que no tienen trabajo, y mientras el top manta es el único sector que incrementa las cifras de paro en la Comunidad, ‘pero que más da, si vendiendo CDs no se cotiza a la seguridad social’. Aguirre ya no sabe como decir que el Gobierno se está cebando con Madrid, pero en Moncloa no escuchan. ‘¿Qué hacemos con estos 400 nuevos llegados en cayuco?’ ‘A Madrid, a Madrid, ¿no les va tan bien y tienen tanto empleo y riqueza? Pues que nos paguen los platos que hemos roto’ ¿Y con estos 400 millones? A Cataluña, que la pela es la pela.
Madrid se satura cada día más, un hormiguero que ve potente crecer su colonia a marchas forzadas… No se que superficie tiene exactamente el Palacio de la Moncloa, ni el Ministerio de Interior pero son muchos miles de metros cuadrados y si con 30 se puede hacer una ‘vivienda digna’ que abran sus puertas a un problema que han generado directamente desde allí. Pero es más fácil lavarse las manos para que Aguirre y los suyos les saquen las castañas del fuego.
En fin, pongamos que hablo de Madrid…
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