‘He dedicado mi vida a una profesión que no es un circo’

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Su estilo particular y único ha creado escuela en la televisión. Jesús Hermida ha vuelto a las pantallas con un programa del recuerdo, ‘La Imagen de tu Vida’, que ha marcado excelentes cifras de audiencia. Pero asegura que se trata de un retorno puntual que su tiempo ya pasó. Respecto de la batalla de los periódicos dice que tiene una opinión, pero la guarda para sí mismo, pero sí cree que las ágenes de concordia y las de violencia no deben olvidarse. ‘Las preras, para mantenerlas; las segundas, para no repetirlas’, dice.

 

¿Le veremos más seguido delante de las pantallas?

No. Esto que estoy haciendo ahora es algo puntual, que me apetecía hacer aquello de la visión histórica de la televisión, pero yo no tengo previsto ni forma parte de mis apetencias estar frente a las cámaras. Eso ya pasó. Hubo un tiempo en que estuve, tal vez, demasiado frente a las cámaras y no, es demasiado. Estuve lo que tuve que estar y ahora, de vez en cuando sí, pero puramente como divertento o con algo que me interese, pero no como proyecto.

 

¿Por qué esta decisión?

Hay un tiempo para cada cosa. Y este tiempo ya no es para mí el tiempo que era anteriormente, ni mucho menos. Es una decisión absolutamente natural, no pasa nada, no hay nada traumático, ningún problema. Solamente un día dices se acabó que tu propia naturaleza te dice ya es hora, déjalo. Todo tiene su tiempo y este tiempo no es ése.

 

Alguna cadena ha apostado profesionales de larga carrera como rostro estrella, ¿cuándo cree usted que un profesional del periodismo debe jubilarse?

Yo creo que esa palabra no debe existir que significa, como los alentos, una caducidad a fecha fija. No debe existir. Si llega el momento y ya no vales, de acuerdo, nadie te va a llamar y es obvio que ya no estás para eso. Pero si tú crees que puedes hacerlo, yo creo que no hay tiempo de jubilarse. Toda persona que, al menos hablando de la televisión, signifique algo en esa profesión sabe que tiene un reloj interior que dice éste es el tiempo. Y te lo dice tu propio interior. Eso de decir yo pongo esta fecha, con el debido respeto, no me parece. Esta es una profesión liberal, donde la edad la tienes tú dentro y no está marcada en el papel.

 

‘La Imagen de tu Vida’, de Televisión Española, ha tenido muy buenas cifras de audiencia, ¿cómo influye la audiencia en su desempeño?

No nos engañemos: si algo va bien o va mal, pues es la ley de la televisión. Aunque alguien diga que no ta, no es verdad, la audiencia sí ta, siempre ta, sobre todo a las empresas y a los directivos. Si el programa hubiera ido mal, como pudiera haber ocurrido, pues vale. Si ha ido tan bien, pues vale, pero no soy tan tonto ni tan inexperto como para no saber que puede haber ido mal.

 

¿Pero se ha sentido condicionado el share?

En absoluto. Ni siquiera lo he preguntado, ya me los dirán. Ya no. Pero si la cosa va mal, pues se ha acabado, qué le vamos a hacer, tanto gusto y encantado.

 

¿Cuáles son las ágenes que han marcado su vida profesional?

Tengo muchas. Me parece una persona muy raquítica y muy pobre la que sólo tenga una agen, un libro, un disco o qué sé yo. Tengo muchas y a lo largo de la vida, si miro para atrás, puedo recordar de las preras en la tele la famosa boda de Fabiola y Balduino, que fue una de las preras transmisiones en directo que tuvo España. Fue en el año 60 y la televisión había empezado en el año 56, o sea que la gente empezó a comprar televisiones. En mi propio periódico compraron una televisión para la ocasión. En 1963, todo lo relativo con la muerte de John Kennedy. El 68 es un año prodigioso. Yo tengo una agen de Martin Luther King, la prera vez que el hombre llega a los alrededores de la luna y se puede ver la tierra. En el 67, cuando se emitió televisión el ‘All you need is love’ de los Beatles. En 1969 es la luna, claramente. Empiezo a recordar y paso Omaira, paso el muro de Berlín, paso el tema de Miguel Ángel Blanco y llego a las Torres Gemelas. Y todavía las sigo viendo y me siguen presionando.

 

¿Y las ágenes que a su juicio no deben olvidar los españoles?

Eso es personal. Cada uno debe tener. Quién es quién para decidir qué agen no deben olvidar los españoles. Pero en fin, toda agen de concordia, no debe olvidarse; toda agen de violencia y de discordia, no debe olvidarse. La prera es para mantenerla, la segunda para no repetirla.

 

Su programa se emite a las 12 de la noche de un día jueves, ¿es un horario difícil?

No, yo creo que está bien programado. Ahí están las personas que quieren verlo. No tienes que pelear. La gente quiere verlo que es un programa digno, que se ve muy bien, no hay interferencias. Es agen, tras agen, tras agen, yo intervengo muy poco. Yo creo que no. De hecho ha habido un boca a boca de decir oye, ¿has visto esto o lo otro?, pero no. Creo que es mucho más difícil pelear a las diez de la noche. Éste lo ven que quieren verlo, no se sientan a ver qué pasa.

 

También tiene un apartado titulado la Noticia de tu vida. Usted cuenta con una trayectoria periodística llena de hitos, ¿qué noticia le habría gustado contar y no pudo?

Muchas veces lo he pensado. Había un senador norteamericano, hermano de John Kennedy, que se llamaba Robert. Me hubiera gustado que esa noche no lo hubieran matado. O el tema de la chica Omaira. Son noticias que habrían evitado que alguien sufra. No tengo un sentido trascendente de las noticias. No diría nunca ‘me hubiera gustado que se acabó la guerra en tal sitio’. O ‘me hubiera gustado decir que el mundo ya está en paz’, no.

 

¿Qué opina de la batalla mediática que sostienen las principales cabeceras nacionales?

Yo soy un sple espectador, lector y oyente. Lo miro y tengo mi opinión, pero no entro en ese campo. Cada cual es cada cual, hay que respetarlos a todos.

 

¿Y como lector, qué opina?

No, no lo sé. Mi relación es únicamente personal. Yo sé lo que me produce a mí, lo que yo pueda pensar. Como decían anteriormente en España, no es mi negociado. Soy un sple espectador, lector y oyente, nada más.

 

El 28 de octubre TVE cumple 50 años, y usted estuvo vinculado a la cadena durante un cuarto de siglo, ¿cómo evalúa el panorama actual del ente público y su futuro?

Yo creo que está en un momento en el que podrán tomar el camino que quieran. No es como antes, que era como una especie de vehículo, que iba caminando. O como una bola de nieve, si queremos llamarlo así, que cada vez era más y más gorda y más complicada. Pero yo creo que, con lo que están haciendo, llegará un momento en que sea posible decir ahora podemos hacer lo que queremos. Pero que es una buena otunidad para elegir un camino, no hay duda. El problema sería que siguiera la bola creciendo.

 

¿Cómo le gustaría a usted participar en esa celebración?

No, no participaría.

 

¿Pese a haber formado parte de TVE la mitad de la vida de la cadena?

He ido a algún sitio donde nos han querido hacer una foto juntos, pero no soy muy proclive, que no tengo mucha vida social. No me gusta. No creo que participe de una celebración. Otra cosa es ir a un sitio donde estén los viejos compañeros y saludarles, pero no. No tengo ningún interés especial en participar en ninguna celebración.

 

Usted siempre ha tenido fama de ser un jefe duro, muy exigente, ¿mantiene esa característica con su equipo?

Yo n o suelo tener ahora equipos. Pero sería exactamente igual, que yo he dedicado mi vida a una profesión que no es un circo. No es un grupo de amateurs. Es una profesión que debe ser tan seria como cualquier otra. Y si un cirujano trata de operar con la mejor técnica y de la forma más profesional, el señor que hace televisión debe hacerlo de la manera más profesional. Y yo lo siento mucho, pero no puedo considerar que mi profesión, a la que he dedicado la mitad de mi vida o más, que en periodismo preso estuve muchos años, sea una profesión donde todo vale. Pues no, todo no vale. Usted puede ser bueno, usted puede ser menos bueno, pero lo que le tengo que pedir es que sea un auténtico profesional. Y si lo tuviera que hacer ahora, lo haría exactamente igual. De hecho, a mí me lo exijo. Yo no llego ahora allí al estudio de televisión a decir cuatro cosas. No. Pienso mucho lo que voy a decir.

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