MANAGUA (31/10/060) El miedo ha sido un elemento recurrente en las campañas electorales más reñidas. Y es el miedo el que ha hecho acto de presencia en la contienda presidencial que está protagonizando Nicaragua. ¿Por qué? Porque uno de los candidatos es el ex mandatario y dirigente sandinista Daniel Ortega, que lidera las encuestas. Durante su mandato tuvo lugar una cruel guerra civil y son las ágenes de la barbarie que asoló al país en esa época las que intentan cambiar la intención de voto.
MANAGUA (31/10/060) El miedo ha sido un elemento recurrente en las campañas electorales más reñidas. Y es el miedo el que ha hecho acto de presencia en la contienda presidencial que está protagonizando Nicaragua. ¿Por qué? Porque uno de los candidatos es el ex mandatario y dirigente sandinista Daniel Ortega, que lidera las encuestas. Durante su mandato tuvo lugar una cruel guerra civil y son las ágenes de la barbarie que asoló al país en esa época las que intentan cambiar la intención de voto.
Algunos medios se han mostrado críticos con esta estrategia, que tildan de ‘campaña sucia’ y que aseguran cuenta con la financiación de Estados Unidos. Pero lo cierto es que la derecha nicaragüense tiene pocas posibilidades de volver a dirigir el país, tras 15 años de gestión, y está apelando a lo más profundo de las emociones de los votantes: la guerra.
Y es que la derecha, que en esta ocasión se presenta dividida, ha optado la misma estrategia. Según informa Reuters, la publicidad del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) que apoya al ex vicepresidente José Rizo muestra a mujeres llorando y camiones con cadáveres. Por su parte, Eduardo Montealegre, de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) y que figura en segundo lugar en las encuestas, apuesta a vencer al izquierdista en una segunda vuelta que se realizaría el 17 de diciembre, pero advierte que ‘Ortega es un peligro para Nicaragua’, justo al final de uno de sus anuncios televisivos, donde aparece el líder sandinista vestido de militar.
El recurso es arriesgado y sin duda supone remecer la sensibilidad reciente de los nicaragüenses. Pero la campaña está caldeada y es mucho lo que está en juego. El jueves 26 de octubre, el Presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE), Roberto Rivas, denunció que el gobierno de Enrique Bolaños estaría coordinando una denuncia de fraude en caso de que Ortega obtuviera la victoria en los comicios.
La respuesta de Ortega se ha caracterizado un estilo diametralmente opuesto. Con palabras tranquilas, llamados a la reconciliación, alusiones a Dios y de fondo la mítica canción de John Lennon, ‘Give peace a chance’, el líder sandinista sabe que para consolidar las buenas cifras de las encuestas no debe hacer mucho ruido.
El 5 de noviembre los nicaragüenses expresarán a través de su voto si quieren un cambio y si el recuerdo de hechos estremecedores pueden espantar las adhesiones del candidato sandinista.
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