Cuando el gobierno anunció que Elena Salgado sería candidata a la dirección de la OMS, pareció que prera vez en mucho tiempo PP y PSOE iban a ponerse de acuerdo.
Cuando la ejecutiva socialista anunció que presentaría a la Ministra de Salud, Elena Salgado, como candidata al cargo de directora general de la OMS, pareció que prera vez en mucho tiempo el PP y PSOE iban a ponerse de acuerdo.
El 6 de septiembre la secretaria de política social y bienestar del PP y ex Ministra de Sanidad, Ana Pastor, afirmaba que su partido apoyaba la candidatura de Elena Salgado considerar que ‘la presencia de españoles en organizaciones internacionales es muy positiva para España’.
Ante semejante e histórico consenso político la candidata se mostraba satisfecha, sabiendo además, que contaba tan bien con el apoyo de los profesionales de la sanidad y la investigación, que cruzaban los dedos con alivio a la espera de que Elena Salgado cambiará Madrid Ginebra.
Sin embargo el PP, y en especial Ana Pastor, cambiaron pronto de opinión. El 29 de octubre el tal de Terra afirmaba que la ex Ministra de Salud apoyaba al candidato mexicano, Julio Frenk, considerarlo ‘un magnifico candidato, es muy profesional y muy preparado y ello le deseamos la mejor suerte’.
Tampoco el Presidente del Gobierno parecía tenerlo muy claro. En una entrevista a la ministra el 1 de octubre en ABC, ésta reconocía que ‘Algo que el Presidente me decía al verme tan ilusionada es que tuviera en cuenta que era una elección muy complicada y es posible que el 9 de noviembre haya otro director general de la OMS que no sea yo’. Tal vez Zapatero, como Ana Pastor, también pensaba que Frenk estaba mejor preparado.
Sin embargo, una vez conocido que Elena Salgado quedaba descartada en la elección, el PP ha vuelto a su postura de respaldo y se ha apresurado a lamentar la elinación de la ministra. Cierto es que tampoco ha tardado demasiado en anunciar que pedirá la comparecencia de Salgado en el Congreso para que explique el uso de medios públicos en su candidatura.
