Más de un millón de personas, la mayoría niños africanos, mueren al año la Malaria y entre 300 y 500 millones de casos son detectados. Cifras asombrosas que, sin embargo, no se han correspondido nunca con una inversión en investigación igual de abundante.
Más de un millón de personas, la mayoría niños africanos, mueren al año la malaria, una enfermedad contra la que sigue sin existir una vacuna, a pesar de que es una dolencia que el hombre conoce desde hace siglos. Además entre 300 y 500 millones de casos de malaria son detectados cada año. Cifras asombrosas que sin embargo no se corresponden con una inversión en investigación igual de abundante.
Por suerte esta situación parece estar cambiando. Durante el Foro Global de Investigación sobre Vacunas, celebrado estos días en Bangkok, un nutrido grupo de especialistas han anunciado que desarrollarán una nueva estrategia que acelere la elaboración de una vacuna contra la malaria.
El proyecto plantea desarrollar una vacuna de prera generación, efectiva en al menos el 50% de los casos, para 2015, y una segunda vacuna, con una efectividad del 80%, para 2025. Con este fin 230 especialistas de 100 organizaciones diferentes, entre las que se encuentra la OMS, colaborarán para desarrollar este proyecto en un período de dos años.
Sin embargo las litaciones que van a encontrarse son variadas, desde problemas científicos, como la falta de conociento de los mecanismos que provocan la infección, hasta económicos, ya que no se cuenta con los recursos adecuados para hacer frente a los límites que pone el sector privado.
La malaria se transmite de un humano a otro medio de la picadura de la hembra del mosquito Anopheles. En algunas regiones del mundo, este mosquito ha conseguido desarrollar resistencia ante los insecticidas y el parasito que trasmiten ha desarrollado resistencia a los antibióticos, lo que dificulta el control tanto de la tasa de infección como de la diseminación de la enfermedad.
