Llega la navidad y, con ella, los ‘atracones navideños’. España se caracteriza la buena gastronomía y el buen comer de los españoles y, ante la llegada de estas fechas, aumentamos la ingesta de comida, alcohol y tabaco, y dejamos de ir al gnasio que ya iremos en enero…
Según esta Salvador Génez, médico de Atención Praria del Centro Sanitario París de Barcelona, y coordinador del estudio ‘Hábitos alenticios de los españoles en 2006′, realizado Almirall, ‘se esta que un menú de Navidad triplica la ingesta de cualquier dieta equilibrada, lo que favorece la aparición de síntomas de digestión pesada, indigestión y acidez’.
La Sociedad Española de Cardiología (SEC) recomienda compensar esta lista de hábitos poco saludables con la práctica de ejercicio, y así compensar los efectos negativos que pueden perjudicar nuestra salud cardiovascular. Además, estos efectos se multiplican en el caso de personas que ya han padecido una enfermedad cardiaca, en el caso de los hipertensos y los diabéticos.
Pero, tal y como apunta la SEC, ‘prohibir no es la solución’. Según Luis AlonsoPulpón, presidente, ‘el problema son las grandes cantidades’, aunque siempre es más saludable comer ‘verduras a la plancha’ de prero y ‘pescados como el besugo o la merluza’ se segundo. Para el que prefiera ca, el presidente de la SEC opta el pavo como alento más sano que el cordero. De postre, Vicente Bertomeu, presidente de la Sección de Hipertensión Arterial de la SEC, recomienda evitar los alentos industriales, especialmente los dulces y la bollería, inevitable tentación cuando la gran mesa familiar está llena de ellos, de todos los sabores y de todos los colores.
Estas comidas hipercalóricas acaban saturando las consultas de Atención Praria y las oficinas de farmacia. Después de un ‘atracón’, llegan los problemas gástricos y la solución a corto plazo (aunque, según apunta AlonsoPulpón, es más tante preocuparse la saludabilidad a largo plazo) es el consumo de antiácidos, sobre todo en la gente joven, que es la que peores hábitos adopta los últos días del año.
AlonsoPulpón añade que ‘es más tante preocuparse la saludabilidad a largo plazo’. Todo esto no sería un problema si sólo lo practicáramos en Nochebuena, la comida de Navidad y la cena de Nochevieja (y la de Reyes para los más golosos). El problema es arrastrar este tipo de alentos durante todo el año, aunque la cantidad no alcance la de estas fechas, o hasta que se acaben las ‘tropecientas’ cajas de polvorones que nos han regalado a cada uno como incentivo navideño en la oficina.
No hay que obsesionarse si hacemos caso del dicho de ‘año nuevo, vida nueva’ y una vez empezamos el 2 de enero con el aeróbic y las pesas. Todos los días no es Navidad y ‘una vez al año no hace daño’.
Seguiremos Comiendo…
