La muerte del ex dictador Augusto Pinochet sigue rodeada la polémica. A la negativa parte del ejército de custodiar las cenizas del dictador a petición de su viuda se le suma una carta aparecida el pasado domingo en El Mercurio y La Tercera escrita el propio Pinochet en la que justifica el golpe de Estado como la única solución para evitar que el electo presidente, Salvador Allende, llevara al país a una guerra civil y se pusiera una dictadura marxista.
Pinochet entregó la carta a la Fundación que lleva su nombre para que fuera difundida tras su muerte y así se ha hecho después de que hace dos semanas un infarto de miocardio acabara con la vida del dictador. En ella asegura que los abusos que se cometieron durante su mandato fueron ‘insoslayables’ y declara sentirse orgulloso de la ‘enorme acción’ realizada para pedir que el marxismo llegará al poder en Chile.
Y es que el dictador justifica su golpe de estado el cual en septiembre de 1973 se derrocó al presidente Salvador Allende como la única manera para pedir acabar en una guerra civil y con la posición de una dictadura marxista. ‘Había que actuar con el máxo rigor’ que, según Pinochet, los partidarios de Allende ya barajaban la lucha armada como la única vía de llegar al poder.
Llamativa también es su explicación sobre los abusos cometidos contra los opositores al régen de los cuales dice que fueron precisos para poder calmar las aguas. Y es que la represión del régen dejó 3.197 muertos de los cuales 1.200 desaparecieron sin dejar rastro. Una situación que en su carta Pinochet excusa asegurando que son parte de los enfrentamientos a lo largo de la historia. Sin embargo, matiza que esto ‘no va en búsqueda de atenuantes a los excesos, sino a recordar su presencia insoslayable’ y añade que muchas de las muertes y desapariciones de cuerpos ‘es muy posible que no se logre jamás un conociento acabado de cómo o del qué ocurrieron’.
Además, según explica el ex dictador en su carta ‘no se puede descargar con spleza la responsabilidad de un sinnúmero de extralitaciones, que no hubo un plan institucional para ellos. Los conflictos graves son así y siempre serán así: fuente de abusos y exageraciones’. Actualmente se ha descubierto que una de las formas más usadas la policía represiva e, incluso la inteligencia militar, fue asesinarlos, enterrarlos en fosas clandestinas o tirarlos al mar atados a rieles para que se hundieran en el fondo.
