La manifestación promovida el Foro de Ermua ha dejado como principal consecuencia una disputa ideológica acerca de la conveniencia o no del uso de la bandera y el hno nacional en actos de esta índole. Precisamente, estos hechos han reabierto una polémica cuyo últo gran episodio se produjo en 2001, con motivo del izado de la bandera que actualmente ondea en la plaza de Colón de Madrid, hecho que en su momento provocó las protestas del Partido Socialista. Sin embargo, ¿forman estos dos elementos parte del conjunto de la Marca España, o el contrario son coto de los partidos políticos, sea cual sea su signo?
El hno y la bandera son sin lugar a dudas la más alta representación audiovisual de un país. Repasando la historia de España durante los últos setenta años, nos encontramos ante un periodo convulso de tiempo en el que la propaganda política se ha servido puntualmente de diversos símbolos para desarrollar su labor. A nadie debe olvidársele que ya en 1936 hubo un ‘alzamiento nacional’ que dio paso a partir de 1939 a un ‘moviento nacional’ semejante al producido en países como Italia, Alemania, Japón o China (este últo producido a partir de 1949), y que tenía en su base en los conceptos de patria y bandera.
Sin embargo, lo que fue una estrategia de propaganda puntual fue tan efectiva que logró posicionar hasta hoy día a quiénes pueden servirse de la bandera y a quiénes no. Por afinidad histórica, ha sido precisamente los movientos de centro derecha quienes heredaron algunos de estos rasgos, entre los que se encuentra precisamente la difusión de la propia bandera y sus colores, en detrento de los movientos de izquierda, quienes reminiscencias del pasado han ayudado a que sean sus rivales políticos quienes adoptaran los símbolos de la totalidad de la población como suyos.
Precisamente, durante el segundo gobierno del Partido Popular, una de las medidas más controvertidas fue el izado de la gran bandera que ondea en la Plaza de Colón en Madrid, lo que suscitó las críticas del aquel entonces tavoz en el Congreso socialista, Jesús Caldera (hoy Ministro de Trabajo), quien afirmó que su partido ‘tiene otro concepto del patriotismo constitucional’, al tiempo que pedía ‘evitar deslizamientos hacia comtamientos que puedan herir esas sensibilidades (en alusión a las otras banderas y culturas reconocidas la Constitución)’.
Por ello, llama la atención las declaraciones efectuadas su sucesor, Diego López Garrido, quien criticaba la asilación de bandera e hno parte de sus adversarios políticos en un acto precisamente no organizado éstos (‘actitudes dictatoriales’ del PP como ‘apropiarse del hno nacional’), sino una Institución apolítica como es el Foro de Ermua. ¿Hno y marca para todos, o sólo para algunos?
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