Una llamada a la prudencia en materia de seguridad vial, sobre todo en las calles y vías frecuentadas los más pequeños. Esa es la esencia del estudio realizado el Ayuntamiento de Madrid, en colaboración con el Defensor del Menor de la Comunidad y la Fundación Mapfre, sobre la ‘Velocidad de circulación en zonas escolares urbanas’. ¿El propósito?. Estudiar el comtamiento de los conductores atendiendo a factores como la velocidad, la identificación de riesgos, la señalización y los pasos de peatones.
El concejal de Seguridad, Pedro Calvo, ha presentado hoy este documento, que revela que el número de víctas menores de 15 años atropello en 2006 ascendió a 194 niños. Esta cifra supone un descenso del 16,38% respecto al año anterior (232). No hubo víctas mortales, pero los dígitos dan una idea “de la vulnerabilidad del peatón en la accidentalidad urbana, motivo el que gran parte de los esfuerzos en materia de seguridad vial están enfocados a proteger al peatón del tráfico rodado”.
En la Ciudad de Madrid hay 1.186 centros educativos, en los que figuran matriculados 422.487 alumnos en el presente curso. El responsable de Seguridad ha subrayado que la situación de los centros educativos dentro del entorno urbano, y la coincidencia de sus horarios de entrada y salida con los momentos de mayor densidad circulatoria provocan, en algunos casos, conflictos entre conductores y escolares en su faceta como peatón.
Para desarrollar el estudio el Gobierno de la ciudad ha efectuado una medición de velocidad en las calles. Calvo ha explicado que en aquellas en las que anteriormente no existían equipos tecnológicos para controlar la velocidad las características de la vía pública y el gran volumen de los radares convencionales ha sido necesario utilizar un cinemómetro láser. Este aparato está adaptado a calles estrechas, zonas de prioridad residencial, entornos de colegios, mercados, zonas de alta ocupación peatonal y, en general, lugares en los que tienen dificultad los radares instalados en vehículos. El Ayuntamiento ha formado a 36 Agentes de Movilidad para la puesta en funcionamiento de estos equipos.
La campaña ha sido meramente de control e información. De los resultados obtenidos se deduce, además, que allí donde la litación específica o genérica está establecida en 40 kilómetros hora es donde mayor número de infracciones se cometen.
Calvo ha especificado que el análisis diferencia entre infracciones y denuncias, ya que la Policía Municipal de Madrid emplea un margen a la hora de sancionar las situaciones de exceso de velocidad. De esta manera, el Ayuntamiento ha considerado infractor a todo aquel vehículo que circula enca de la velocidad establecida, si bien las denuncias se ponen solamente a aquellos que rebasan los 35 km/h en zonas litadas a 30; los 45km/h en zonas de 40, y los 55 km/h en zonas de 50.
El resultado es que un 14,3 % de los vehículos controlados en zonas escolares circula enca del límite de velocidad establecido, mientras que sólo el 6,8 % rebasa el límite lo suficiente como para ser sancionado.
Otra de las conclusiones es que no se han apreciado variaciones significativas en las velocidades de circulación registradas en horario de entrada y salida de los colegios, y las de cualquier otro momento del día. Según el concejal “es evidente que las principales causas de infracción de los conductores son la falta de respeto a los límites de velocidad, los pasos de peatones y semáforos”.