La venta de Recoletos al Grupo Rizzoli 1.100 millones de euros, se convierte en el tercer pelotazo financiero de Jae Castellanos en menos de seis años. En la mente del sector todavía está la operación de venta del 79% de la empresa a los ingleses de Pearson y la salida a Bolsa y la Opa de exclusión a un precio más bajo que la suscripción, operaciones que sólo han favorecido al grupo controlador, Retos Cartera. El negocio esta vez sigue siendo redondo: la compañía ha sido valorada en 1.100 millones, cien millones más que hace tres años.
El caso es que hace dos años Retos Cartera (grupo controlador liderado
Jae Castellanos) pagó 743 millones el 79% de la compañía, valorando todo el paquete en 950 millones. El caso es que Rizzoli ha confirmado la compra 1.100 millones más la deuda de la compañía valorada en otros 200 millones, un valor considerablemente superior en una empresa en que sus negocios editoriales como marca y Expansión no pasan su mejor momento.
Tampoco debemos olvidar que desde su salida a Bolsa, la empresa de Jae Castellanos ha restado valor a la empresa quedándose con el famoso ‘músculo’. En menos de dos años, la empresa vendió su participación en el Diario Rumbo de Texas, El Cronista Financiero de Buenos Aires, El Diario Financiero de Santiago de Chile y un par de revistas sectoriales. También debemos recordar que la joya de la corona Qué! ha sido excluida de la operación.
No es prera vez que Jae Castellanos logra un buen rendiento de sus inversiones. En agosto de 2005 la empresa certificó su salida a Bolsa lanzando una opa de exclusión un valor 40% inferior al precio de salida y de suscripción. Como era de esperar los mayores damnificados fueron los accionistas minoritarios (muchos de ellos empleados de la empresa) que vieron como su inversión se diluyó después de la operación de compra del 79% a Pearson.
Por su parte para Castellanos y Retos Carteras el negocio fue redondo ya que vendieron títulos a doce euros y luego compraron las mismas acciones, cinco años después, a siete euros. Pero estos buenos negocios suman y siguen. La operación de venta de Recoletos a Pearson a mediados de la década pasada tampoco estuvo exente de complicaciones. Castellanos forzó la salida del equipo fundador entre los que se encontraba Juan Pablo Villanueva, mediante la llegada de los inversores británicos y las consiguientes plusvalías.
En el tintero de la reciente operación siguen quedando también muchos interrogantes como la obsesión de Rizzoli adquirir una empresa que no pasa su mejor momento y que a pesar de no incluir a Qué! tiene un considerable endeudamiento financiero. La única explicación razonable es el enorme potencial que los italianos han visto en los negocios de Recoletos, para constituir un grupo de prensa que compita de igual a igual con Prisa.
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